DZITBALCHE, Cam., 7 de noviembre.- Con celebración eucarística, el presbítero José Luis Yeh Ehuán continúa el mes de los Fieles Difuntos en cada uno de los 14 barrios de los sectores de la ciudad de Dzitbalché, llevando misa y acción de gracias por los que se han adelantado al camino al cielo.
Por tal motivo, esta ocasión después de San Darío le tocó el turno al barrio de Puliaxché, en la capilla del Divino Niño, donde los grupos católicos decoraron el altar con ofrendas a los fieles difuntos con dulces de la temporada, frutas de la región, el pan de muerto, el rico y espumoso chocolate, el atole nuevo, las flores, velas de colores, entre otras ofrendas que ofrecieron los grupos del barrio.
Misa que abarrotaron la capilla por niños, jóvenes y personas adultas que se dieron cita para escuchar la misa de los fieles difuntos, donde el párroco recorre los barrios llevando la celebración y la oración del Hanal Pixán.
Yeh Ehuán en su homilía, expresó que si hemos de tener una deuda con alguien, que sea una deuda de amor, con nuestros fieles difuntos tenemos una deuda de amor, porque la fe que vimos es la fe que sembraron y por eso estamos cosechando el fruto de la fe, la fe que ellos dejaron y nosotros lo debemos pagar con amor y por eso nuestros altares y en la misa, pidiendo por ellos, porque no los olvidamos y esto es la expresión y tener un altar lleno de tantas ofrendas, es la expresión del cariño que ellos dejaron una buena semilla.
Nos habla sobre los seguimientos de Cristo, el que quiera seguir a Cristo, debe expresar el amor a través del desprendimiento de las cosas, al poner un altar es el desprendimiento de algo, es fácil decir no tengo dinero, no voy a poner nada en la mesa, se lo va comer otro, no lo estás poniendo con amor, resaltó el presbítero.
Todos los días hay que orar por nuestros fieles difuntos y mientras no nos dejemos llevar por otras fantasías que nos llevan a un mal camino sólo con la ayuda del Señor podemos ir al camino correcto, por eso hay que dedicar tiempo al Señor y dejar cosas buenas para as futuras generación que están cayendo en las garras de otros vicios que está afectando mucho a la juventud de hoy en día, culminó.
Al término de la celebración se procedió a la repartición de las ofrendas a todos los presentes y se convirtió en una gran convivencia familiar la misa de los barrios de la ciudad de Dzitbalché.
(Néstor Cuevas)