Cultura

Recuperando la historia del Museo Yucateco

Cristóbal León Campos* ¿Qué guardamos en los museos? Esa es la pregunta que nos hacemos al visitarlos. Sin duda en ellos residen la memoria y la identidad que nos conforman como seres humanos. El libro El Museo Yucateco. Forjando una identidad, editado por el Instituto de Historia y Museos de Yucatán (2018), es precisamente la recreación de una época, de los personajes y circunstancias que establecieron el primer recinto museístico de Yucatán. Uno de los privilegios de la investigación histórica es el acceso directo a las fuentes documentales originales; la pluma de la doctora Blanca González Rodríguez ha logrado que la fusión de documento y anécdota conciban un testimonio que, a pesar de su distancia temporal, sea cercano y cálido. Penetrante y amena, esta pieza viene a llenar un vacío en la historia relativamente reciente de nuestro estado.

En la edición de agosto-septiembre de 2016 de la revista Mérida, Ciudad de los museos, la doctora González Rodríguez explicó, cuando todavía su proyecto no concluía, que “la idea fue la de reconstruir la historia de los museos de Yucatán y ver cómo se relacionaban con la sociedad… Si no cuidamos toda esa riqueza se va a perder o se va a ir a otros lados. Y entonces nuestra identidad van a ser las grandes plazas comerciales y el consumismo. La esperanza es que este libro sirva a las nuevas generaciones, les haga reflexionar sobre su pasado y que no perdamos nuestra identidad y nuestro ser yucateco”.

“El Museo Yucateco contribuyó a reforzar las ideas de separatismo y federalismo de la época. Justo Sierra O’Reilly fue quien lanzó la idea de crear un museo público. Luego está el primer decreto, de Maximiliano y Carlota, que no llega a aplicarse porque cae el Imperio”, señaló la doctora González en esa misma conversación.

Blanca González Rodríguez es antropóloga social e historiadora. Investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia desde 1979. Fue directora del Museo Regional de Antropología Palacio Cantón de 1999 a 2009 y vicepresidenta del Consejo Internacional de Museos de 2010 a 2016. Entre su obra se encuentra el libro El Palacio del General Cantón. Cien Años de Historia, editado en 2011, así como ensayos integrados en distintos volúmenes; entre los que destacan “Porfiriato henequenero”; “El antiguo ejido de Dzemul, Henequén y mano de obra en Yucatán”; “La República imaginaria. La disputa por el financiamiento henequenero” y “Cuatro proyectos de cambio en Yucatán”. En 2014 publicó La historia compartida. Del Museo Yucateco al Gran Museo del Mundo Maya, en el libro El Gran Museo del Mundo Maya de Mérida.

De escritura sobria y precisa, El Museo Yucateco (Forjando una identidad) es resultado de más de un año de arduo trabajo que la doctora Blanca González desarrolló entre investigación, redacción del manuscrito y la revisión del diseño. A través de sus páginas, invita a conocer una importante época de nuestra entidad; el volumen incluye fotografías e imágenes que dan vida a la cultura y memoria resguardadas.

Entrevistada para conocer su impresión sobre el resultado de la investigación que realizó, y ya con el libro en mano, la doctora Blanca González habló sobre el carácter ameno y didáctico de su obra que, por fragmentos, toma un aire novelesco. “Esa es la intención, es una de las cosas que aprendí trabajando en museos, que hay que difundir, no solamente hacer proyectos para grupos académicos, hay que hacer propuestas visuales con contenido fácil de digerir; ojalá este trabajo pueda llegar a un mayor número de lectores, de público en general”, dice la académica e historiadora.

–Como su primera lectora y como historiadora crítica, ¿qué es lo que más le ha gustado del libro?

–Me enamoré de todo el tema; me enamoré de los personajes, de las imágenes. No me disgusta nada, me gusta toda la historia; son historias muy humanas, de liberales, del primer director, luego de Juan Peón que pierde la razón luego de que nombraran a un farmacéutico como director de ese museo. El hombre tiene toda la voluntad, pero es como que designaran a un historiador como director de un hospital. La cuestión de la cultura es que le dan poca importancia los gobiernos, ahora y antes. En el pasado había mucha inexperiencia en la forma de tratar con las colecciones, de cómo cuidar los objetos, se trasladaban en carretas. Para mí, eso fue lo importante: conocer esas historias.

–¿Qué implicó, maestra, este trabajo en cuanto a su carrera como historiadora; es quizás su obra más importante?

–Una de las más importantes. Sucede que es el punto de partida para seguir analizando los aspectos de los museos, sobre todo porque esta historia se vincula a la cuestión de la identidad yucateca; ahí se puede ver cómo van cobrando más importancia los retratos de los próceres yucatecos; cada vez es más importante todo lo relacionado con las colecciones antiguas. Todo eso está explicado en el libro.

–¿Cuál sería su siguiente proyecto?

–Es seguir investigando sobre lo que pasó con el Museo Arqueológico, que al final hubo la intención de hacerlo privado, pero Felipe Carrillo Puerto hizo lo contrario: lo convirtió en un museo para el público. Además, existen muchas historias en la segunda etapa de este museo. La historia nos indica que allí surgen personajes como el escritor Luis Rosado Vega o como el maestro Alfredo Barrera Vásquez, quien desarrolló la biblioteca y la Academia de la Lengua Maya, pues contaba con experiencia federal en el trabajo de museos. También hubo una tercera etapa de intervención federal, en la cual luego de algunas dificultades la colección quedó en manos de la federación. Esto hizo que el museo fuese exclusivamente arqueológico y manejado por el INAH. Esas colecciones las podemos seguir disfrutando hasta la fecha.

Se pretende recuperar no solo un periodo esencial en el desarrollo cultural de Yucatán, sino cambiar la percepción que tenemos sobre nuestros antecedentes y también sobre la identidad que hoy representa el espíritu de lo yucateco.

* Integrante del Colectivo Disyuntivas