[gallery link="file" size="medium" jnewsslider="true" jnewsslider_ads="true" ids="38161,38162,38163"]
NUEVA YORK/WASHINGTON, EE,UU, 29 de septiembre (AP/EFE).- Quizás los Republicanos logren confirmar a Brett Kavanaugh como juez de la Corte Suprema o quizás no, pero muchos en el partido temen que el daño político y electoral al partido ya está hecho.
Ante la pelea suscitada tras las denuncias de que Kavanaugh agredió sexualmente a una joven cuando ambos eran adolescentes, líderes republicanos reconocen que esta no es la situación política en la que deseaban estar seis semanas antes de las elecciones legislativas de noviembre.
Si Kavanaugh logra ser confirmado, los republicanos bien podrían perder el apoyo de las mujeres, cuyo voto necesitan para retener las mayorías en las cámaras del Congreso. Si fracasan en su intento, corren el riesgo de desatar la furia de la derecha radical.
Jennifer Horn, ex jefa de los republicanos en Nueva Hampshire, advirtió que su partido “está equivocándose gravemente sobre el daño electoral” que podrían sufrir si Kavanaugh logra ser confirmado.
“Los republicanos tendrán que preguntarse si están dispuestos no sólo a sacrificar el alma del partido sino también sacrificar sus propias almas, para tener a este particular juez conservador en la Corte Suprema”, dijo Horn en una entrevista.
Según The Washington Post, las autoridades ya han comenzado a realizar las pesquisas y a contactar con los primeros testigos clave, entre ellos la segunda de las tres mujeres en acusar públicamente al juez, Deborah Ramírez.
Este mismo sábado, la influyente Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) comunicó que “se opone a la confirmación del juez Brett Kavanaugh para el Tribunal Supremo”, por considerar que “hay alegaciones creíbles de que el juez Kavanaugh ejerció malos comportamientos que no han sido investigados adecuadamente por el Senado”.
El posicionamiento es atípico para esta entidad, ya que entre sus políticas internas recoge que no debe posicionarse ante nominados presidenciales.
ACLU, una de las principales asociaciones de derechos civiles del país, recordó que solo se ha opuesto a un nominado al Supremo en cuatro ocasiones durante sus 98 años de historia y que, por ejemplo, no se posicionó sobre el último candidato, el actual juez de la sala Neil Gorsuch, también nominado por Trump.
A la espera de conocer las averiguaciones de las autoridades, la nominación de Kavanaugh también vuelve a poner a prueba la debilidad de los republicanos en el Senado, donde gozan de una leve mayoría de 51 de cien escaños.
Para que el candidato sea confirmado, los conservadores deberán lograr al menos 50 votos a favor, por lo que tan solo podrían permitirse el voto contrario de uno de sus legisladores.
El viernes, en un giro inesperado de los acontecimientos, Trump sucumbió a la presión de los senadores y ordenó al FBI que investigue las acusaciones contra Kavanaugh.