Por Olivia Vázquez
La opacidad y falta de transparencia con la que se han manejado los derechos e impuestos dirigidos al sector turístico, que comienzan como cuotas voluntarias y saltan a los fideicomisos para después perder la etiquetación al fin creado, son las principales causas de no querer un impuesto más en el destino. Así lo han reconocido líderes de las diferentes cúpulas empresariales del estado, quienes piden primero rendición de cuentas y transparencia en el manejo de los recursos, antes de dar un peso más.
Roberto Cintrón, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, ha repetido en constantes ocasiones que el sector quiere ser participativo no sólo en la aportación como siempre se les carga, sino en la toma de decisiones de organismos como el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, en las mesas donde se definen los presupuestos y en la comprobación de acciones y obras, pero sobre todo en la rendición de cuentas.
Son muchos los impuestos y derechos que se les carga al sector y que hasta ahora no se tiene informe alguno sobre su aplicación y en dónde están los recursos.
Impuestos como el hospedaje, que comenzó con una aportación voluntaria entre la hotelería para reforzar las acciones de promoción, se convirtió en un impuesto oficial y en una obligación para la hotelería que tiene que aportar el 3 por ciento, del impuesto al hospedaje por cada noche que se activa una habitación.
En la administración anterior se perdió la etiquetación del recurso y ahora, aunque se recauden millones de pesos por este concepto, para la promoción sólo se asigna un presupuesto que no tiene comparación con la aportación que se realiza.
En el caso del impuesto de Derecho de No Inmigrante, es uno más que se aplica a nivel federal y que se desconoce su aplicación real. Lo único que se sabe es que al estado no le retorna ni el 1 por ciento, de lo que genera en materia de flujo turístico internacional.
A nivel municipal, se soportó por varios años un derecho dirigido al fomento al turismo que sería asignado a obras de infraestructura turística y al DIF, mismo que nunca se conoció cuánto se recaudaba y mucho menos en dónde se aplicaba.
En el caso del sector turístico, el último reclamo de parte del sector se centró en saber cuánto se está recaudando del 25 por ciento, de incremento que se aplicó a los terrenos ganados al mar de la Zona Federal Marítimo Terrestre. Este pago se aceptó cuando se concretó el proyecto de recuperación de playas para pagar un crédito que se solicitó para la obra.
Hasta la fecha, este pago sigue aplicándose, incluso en zonas donde no se dio la recuperación y ningún sector, sea hotelero o empresarial, tiene un informe claro de cuánto se está pagando al crédito y cuánto falta para la liquidación del mismo.
A nivel estatal, se ha tomado como un ingreso adicional, pero no se tiene una rendición de cuentas.
En el caso del municipio, ahora la propuesta de generar un impuesto de saneamiento que obligaría al pago de 20 pesos por noche, lo que tendría que soportar el sector hotelero durante el 2019, ya que la tarifa se fijó hace meses y al menos el 50 por ciento, de las habitaciones se ha vendido a mayoristas y tours operadores.
Este impuesto ya aplica en destinos como Playa del Carmen donde también no se tiene una correcta rendición de cuentas, afirman.
En el caso de Cancún, la iniciativa fue frenada el sábado pasado en el Cabildo donde se acordó realizar mesas de trabajo para que pudiera entrar en vigor en 2020, siempre y cuando, se advierte, sea bajo un mecanismo de transparencia y rendición de cuentas.