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Quintana Roo

Replantear estrategia con corales

Por Eva Murillo

 

El descanso dado desde el 7 de octubre hasta el 15 de diciembre de este año a los sitios arrecifales más visitados de Cozumel, no hará que los corales muertos por el síndrome blanco revivan, pero es el momento perfecto para que todos los usuarios y beneficiarios de los servicios que otorga el arrecife se replanteen estrategias que desde ahora deben implementarse en beneficio de ese ecosistema, expresó Lorenzo Álvarez Filip, investigador de la UNAM, quien fue el primero en detectar la enfermedad en el Caribe mexicano.

Desde el verano del 2018, tras descubrir el primer brote del síndrome blanco en los arrecifes de Puerto Morelos, Álvarez Filip enfocó todas sus baterías y las de su equipo de trabajo a saber más de la epizootia, a hallar maneras de detenerla, a contabilizar el daño mortal que de forma rápida fue causando, a difundir entre todos los sectores información que ayude a revertir las afectaciones y a evitar que sea más grave.

“El cierre temporal no tenemos que verlo con el hecho de rescatar a los corales, porque es un período muy corto de tiempo para volver a ver todos vivos. Verlo así sería muy ingenuo. El cierre temporal es como un tiempo para que nosotros nos replanteemos –academia, manejadores, usuarios, clubs de playas– la manera en que vamos a seguir trabajando”, explicó.

Mientras se acerca el fecha de reapertura de los sitios arrecifales ubicados en la punta sur de la isla de Cozumel y representan el 21 por ciento del total de la superficie que tiene presencia de arrecifes coralinos, este lunes hubo avistamiento de cuatro tiburones –un adulto y tres crías– de la especie Punta Negra en las zonas que están en descanso.

Alvarez Filip y su equipo participan en los trabajos de monitoreo de los sitios arrecifales de Cozumel que están en descaso de actividades submarinas, náuticas y recreativas, remarcó tras la llegada del síndrome blanco y su estela de muerte coralina, “las cosas cambiaron drásticamente; hay una mortalidad de corales muy grande y esto va a repercutir en servicios ecosistémicos, en la calidad de disfrute de los buzos”.

“Más que decir que en tres semanas se resolvió el problema, lo cual no es cierto y sería ingenuo, lo que tenemos que pensar es que es un tiempo para nosotros replantear las estrategias qué estamos haciendo en el uso de los arrecifes”, señaló el científico, quien ha recibido el premio World Reef Award 2017, que otorga la International Society for Reef Studies, por su labor en la generación de nuevo conocimiento sobre los arrecifes de coral, y por promover acciones que lleven a informar a la sociedad sobre sus funciones, protección y conservación.

“Todos los que sacan provecho del parque y sus manejadores deben repensar cuáles van a ser las estrategias de trabajo de ahora en adelante, incluso cómo se va a llevar el desarrollo costero”, dijo.

 

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