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Quintana Roo

Acaban con micronegocios

Por Miguel Ángel Fernández

CHETUMAL, 19 de febrero.- Siguen las dañinas prácticas de la Dirección de Fiscalización del Ayuntamiento de Othón P. Blanco contra la economía. Ahora los venteros que se colocan afuera de las escuelas están siendo desalojados.

De tal manera, prevalecen las acciones de insensibilidad a la situación económica por parte del gobierno municipal, que ha antepuesto la voracidad recaudatoria sin consideraciones a la población, alegando poner “orden” cuando la administración municipal ha sido cuestionada de desorden y a los funcionarios que cometen irregularidades no les aplican la normativa.

Recientemente venteros que llevan sustento a sus hogares por la venta en el exterior de las escuelas, también han sido retirados por los fiscales del gobierno municipal, aumentando el malestar de los vendedores ambulantes de la ciudad.

Y es que en la presente administración se ha convertido en un “polvorín la Dirección de Fiscalización a cargo de Emmanuel Magaña, quien ha sido señalado una y otra vez de actuar en contra del ingreso de las familias dedicadas al comercio en la vía pública.

Hasta el momento ninguna autoridad municipal parece ponerle un alto a las conductas que son señaladas de humillar a los vendedores, de causar manifestaciones y de imponer cobros que duplican lo que pagaban durante el año pasado cientos de familias.

La situación ha llegado al grado que el titular ha sido encarado por sus subalternos, es decir, por los inspectores; sin embargo, se mantiene un ambiente inadecuado para el desarrollo de las actividades operativas de esta área.

Como se recordará, la actividad económica en la capital del estado, lejos de ser impulsada por el gobierno de Othón P. Blanco, está siendo afectada drásticamente.

Eso se puede observar con las acciones de la Dirección de Fiscalización a cargo de Emmanuel Magaña Cirerol, quien siguiendo las instrucciones del presidente municipal en funciones, José Luis Murrieta Bautista, el cual es asesorado por su propio suegro Otoniel Segovia Martínez, se han ensañado con quienes han encontrado en los espacios públicos la forma de llevar el sustento a sus hogares.

Por ello, en una auténtica bomba de tiempo se ha convertido la Dirección de Fiscalización, siendo que además del malestar del comercio local, ni siquiera los trabajadores del área están a gusto, por ser la “carne de cañón” de los intereses de la Presidencia Municipal.

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