De la Redacción
TULUM, 04 de marzo.- Tibieza por parte de las autoridades es la que prevalece por la franja de zona invadida, pues aun cuando el Juzgado Federal ha solicitado el apoyo a las mismas para proceder con desalojos en algunos puntos de la zona ocupada de manera irregular en la cabecera municipal, no se ha ejecutado tal acto. Autoridades policíacas igual han exhortado a los paracaidistas de dicha acción pero sin que llegue más allá.
Desde el año pasado y mediante las autoridades, es sabido que juez federal ya ordenó el desalojo de cuando menos dos o tres predios, que el mes de octubre del 2016 fueron invadidos por un grupo de paracaidistas; al principio fueron con gente local, pero luego empezaron a invitar a personas de otros municipios, lo que finalmente provocó fuera una mega invasión.
Las autoridades han tenido acercamiento con los invasores para invitarlos a retirarse del lugar, antes que se ejecute el desalojo que es inminente, pero éstos poco caso han hecho al presumir que nadie los puede sacar del lugar ocupado de manera vil.
El caso es que el juez federal ha advertido no sólo a la Fiscalía, policía estatal y municipal que eluden apoyo para desalojos en esas zonas invadidas, pero igual que en caso de no brindar el apoyo podrán llegar a la destitución a titulares, las órdenes de desalojo que serán en puntos distintos de acuerdo con fuentes fidedignas, son inminentes en contra de los invasores, en muchos casos estos cuentan con edificios bien cimentados.
Desde el 2 de agosto del 2016, en la madrugada en que ingresaron a los predios, en distintos puntos de la ciudad los paracaidistas, los líderes acapararon tierras, que a pesar de saber que no son suyas han ido vendiendo, enriqueciéndose a costa de la necesidad de muchos que ocupan esos lugares por necesidad, aunque hay gente que lo que busca es acaparar más tierras.
Pues a pesar de contar con sus viviendas ahí ocupan un espacio, con la esperanza que se las otorguen por las autoridades.
La inseguridad en el noveno municipio emanó luego de la invasión, al existir una parte de esa franja en donde se refugia gente dedicada a actividades delictivas.