Quintana Roo

Detienen al director de Protección Civil

Por Yolanda Gutiérrez

ISLA MUJERES, 4 de junio.- El director de Protección Civil que se vio involucrado en el reparto de volantes que ofrecían servicios sexuales y en los que figuraba el número celular de una candidata a la diputación, no ha dado la cara y se desconoce su situación jurídica.

En el Palacio Municipal nadie ha emitido una declaración oficial ni se ha ocupado de aclarar lo ocurrido y la única postura emanó de la secretaria general del Ayuntamiento, Miriam León Trejo, quien se limitó a señalar que no tenía información alguna al respecto.

Preocupa que la dirección haya quedado acéfala, al menos momentáneamente, máxime en estos momentos, cuando la temporada de huracanes arrancó desde el pasado primero de junio y se tiene contemplada la instalación del Comité Operativo Especializado en Fenómenos Hidrometeorológicos este miércoles a partir de las cinco de la tarde.

Se ignora si el director de Protección Civil, Mercedes Ortiz Maya, se apersonará hoy en la sesión del comité, si fue fulminantemente destituido tras su detención en Puerto Morelos o permanece aún tras las rejas por salir en defensa de dos sujetos que fueron sorprendidos por la policía mientras repartían volantes que ofrecían servicios sexuales y en los que figuraba el número celular de una candidata a la diputación.

Esto, en virtud del hermetismo total del Ayuntamiento, que no emite una postura oficial sobre el hecho, que involucra a Ortiz Maya y a otras dos personas con una guerra sucia contra Atenea Gómez Ricalde, cuyo teléfono permaneció el día de los comicios prácticamente inutilizado, ante la oleada de llamadas buscando un servicio sexual.

El pasado dos de junio, en pleno comicios electorales, tres sujetos fueron detenidos en Puerto Morelos, dos por repartir los volantes de índole sexual y el tercero, director de Protección Civil de Isla Mujeres, por salir en su defensa.

En un primer momento se pensó consignar a los individuos por los delitos de trata de blancas y fomento a la prostitución, pero más tarde se comprobó que el número que aparecía en los volantes era el de la hija mayor de doña “Licha”, víctima de una guerra sucia para tratar de afectarla.