Yucatán

Hay que educar para forjar hombres y mujeres de buena voluntad

El Obispo Auxiliar, Monseñor Pedro Mena Díaz, dijo ayer que lo que debemos procurar para el Año Nuevo está contenido en el saludo de Navidad: ser hombres y mujeres de buena voluntad. Si somos hombres y mujeres de buena voluntad, el apoyo mutuo servirá para que todos salgamos adelante. Entonces, hay que educar para eso, para ser hombres y mujeres de buena voluntad.

Entrevistado en el marco del desayuno de Navidad y Año Nuevo que ofreció la Arquidiócesis de Yucatán a los representantes de los medios de comunicación, Monseñor Mena Díaz dijo también:

-Entre los mensajes de Año Nuevo que han dado los Papas en el Día Mundial de la Paz, uno decía: Si quieres la paz, hay que educar para la paz, no que se educa a los hijos, que se educa en todos lados de otra manera, y por eso mismo hoy más que nunca tenemos que buscar en todos lados que seamos hombres y mujeres de buena voluntad.

Actitud de optimismo

Yo creo que lo predicaba así precisamente en la misa del Año Nuevo, que todo lo que empieza siempre lo recibimos espontáneamente con optimismo. Siempre esperamos que haya algo nuevo. En general, así es como vamos reaccionando a no ser que vengamos de situaciones difíciles. Pero cada vez que hay Año Nuevo, se nos abre un panorama nuevo y nos llenamos de optimismo ante lo que pudiera venir, y con lo que pudiéramos salir adelante en nuestra vida familiar.

-¿Qué actitud debemos tener en el Año Nuevo?, preguntamos.

-Lo que es muy importante es que primero mantengamos esta actitud de optimismo, pero también mantengamos ese espíritu de saber que todos en nuestro interior tenemos una capacidad de ser emprendedores. A veces ponemos nuestra confianza en planes, en proyectos del gobierno, de distintas instituciones, y entonces vamos midiendo nuestra responsabilidad, pero hay gente que yo veo que es muy emprendedora por sí misma, y eso le hace ver cómo aprovechar mejor lo que vaya viniendo, cómo aprovechar los recursos con los que se vaya topando. Hay en algunos casos de empresas familiares. Y a veces tienen un trabajo fijo, pero además tienden a hacer algo más. Yo recuerdo que cuando estudiaba la prepa en el Tecnológico, un maestro nos hablaba mucho de esa iniciativa personal que debemos de tener. Y precisamente decía: ¿Cómo, no saben ustedes que además de que doy clases aquí vendo periódicos en la calle?

Ese espíritu de búsqueda nadie nos lo puede quitar y, de que tenemos posibilidades, hay que convencernos. Pero hay que promover que seamos de buena voluntad, porque la colaboración entre nosotros es fundamental. Cuando nos sentimos heridos, porque hicimos un negocio en el que no se progresó o porque uno se aprovechó, pues es gente de mala voluntad, pero eso no debe pasar.

(Roberto López Méndez)