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Yucatán

¿Qué es la Tanatología?

“No hay que temer a la muerte. La

muerte no existe es sólo una

transición.”

Elizabeth Kubler Ross

Perder a un ser querido nunca es fácil de aceptar, por muy preparados que estemos siempre se llora la ausencia, el adiós de no volverlo a ver aquí en la tierra. Pueden pasar todos los años que sean, pero la partida del ser amado nunca se supera. Con el tiempo se lleva con resignación, pero siempre, siempre, lo vamos a extrañar en convivencias familiares, en la boda de un hermano, en el nacimiento de los hijos o los nietos y más.

Por eso los expertos hablan de la tanatología como una ciencia que fue aceptada en los años cincuenta. Proviene del griego “thanatos” (muerte) y “logos” (estudio o tratado). Es una disciplina integral que aborda todo lo relacionado con el fenómeno de la muerte en el ser humano: “la pérdida, el sufrimiento psicológico, las relaciones significativas del enfermo, el dolor físico, las voluntades anticipadas, los aspectos legales, la observancia del trato humanitario que ha de brindarse al paciente moribundo y el apoyo en el acompañamiento para él y su cuidador, ya que la pérdida la sufren ambos.”

Todos le tenemos miedo a la muerte, eso es algo natural en el ser humano, por lo que la tanatología tiene como finalidad proporcionar a la persona que se está muriendo una muerte digna, apropiada, apoyándolo para aminorar el sufrimiento, lograr una buena relación con las personas significativas, resolver conflictos y comprender sus limitaciones físicas en su entorno personal, familiar y social.

No es lo mismo la aceptación que la resignación. Aceptar implica comprender la propia naturaleza y “vivir” la última etapa de la vida.

Los expertos en tanatología tienen que trabajar con fallecidos por distintas causas: muertes repentinas, muertes a consecuencia de una larga enfermedad o muertes violentas, accidentes, homicidio o suicidio. Por eso está asociada a la medicina forense, donde hay que demostrar científicamente por qué se produjo una muerte.

La tanatología también se vincula a la “tanatopraxia”, prácticas que se llevan a cabo sobre un cuerpo sin vida para restaurarlo y conservarlo, según la voluntad del difunto o los pedidos de sus seres queridos.

Los tanatólogos tienen que aprender a tener empatía, paciencia, honestidad, capacidad para no juzgar a los demás, confidencialidad y capacidad de escucha. Ya que van a tratar con personas que tendrán que hacerle frente al duro trance de haber perdido a sus seres queridos, por lo que será imprescindible tratarlas con humanidad, explicarles los hechos con la mayor suavidad posible, ponerse en su lugar y entender sus reacciones.

En 1991 la Dra. Elizabeth Kubler Ross describe los fenómenos psicológicos que acompañan a los enfermos en fase terminal durante el proceso de muerte, y define a la tanatología como una instancia de atención a los moribundos, por lo que se le considera la fundadora de esta ciencia. Es ella, a través de su labor, quien hace sentir a los moribundos miembros útiles y valiosos de la sociedad y para tal fin crea clínicas cuyo lema es: “Ayudar a los enfermos en fase terminal a vivir gratamente, sin dolor y respetando sus exigencias éticas.”

La tanatología, por lo tanto, apoya al enfermo que le queda poco tiempo de vida a tener una calidad de vida que merece antes de partir, y a sus familiares a afrontar esta realidad, llevar el duelo y evitar problemas emocionales y de salud.

La realidad es que cada vez son más las personas que recurren a la tanatología en busca de ayuda. Y lo hacen por dos razones: porque con los años las personas han ido conociendo las bondades de esta disciplina y, también, porque la población en las ciudades ha crecido.

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