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Yucatán

Sastres, en peligro de extinción

TIZIMIN, Yucatán, 18 de febrero.- Los tiempos han cambiado y la mayoría de los sastres al igual que los encargados de establecimientos que ofertan telas, coinciden en que actualmente muy pocas personas demandan su trabajo y sus productos, respectivamente, para elaborar sus trajes y disfraces de Carnaval.

La gran mayoría los compran ya fabricados en tiendas o fábricas de la capital del Estado porque resultan más baratos.

El sastre Alfredo Armando Cardeña indica que contrario a otras épocas, este año no tiene para elaborar ni un solo traje de Carnaval, indicando que esto deriva de que este festejo se ha ido muriendo con el paso de los años.

Antes participaban escuelas con sus estudiantinas, grupos chuscos que bailaban en las calles, así como de los diferentes clubs como la ADY, del Club Rotarios, entre otros.

Además de que se hacían bailes en el Palacio Municipal, con don Tacho Pérez en la Recreativa Popular en el Chemulpo, entre otros sitios.

Recodó que por lo menos a diario habían seis salones llenos con orquestas y grupos musicales de lujo, donde la gente podía acceder a divertirse disfrutar de la música, de los shows de Carnaval y de manera completamente gratuita si se encontraban disfrazados, por lo que la gran mayoría de la gente optaba por conseguirse un traje que enviaban a elaborar con tiempo con los sastres y a la par le daban vida a las fiestas en honor a Momo.

También compartió que el martes de Carnaval se hacía un baile de etiqueta, donde los habitantes acudían portando las mejores galas.

Los hombres con sus sacos y las mujeres con sus elegantes vestidos de noche que lucían en la recreativa popular, por lo que como sastres siempre tenían trabajo confeccionando aquel que era del gusto y preferencia del cliente.

En tanto que el sastre José Ramos Medina Argáez, dijo que actualmente casi nadie solicita sus trabajos para elaborar disfraces por la situación económica y difícil que se vive entre la sociedad, pues cada vez son menos los que participan en el Carnaval.

Mencionó que prueba de ello es que en otros años desde que terminaba la feria ya empezaban a pedir turno con los sastres para la elaboración de sus atuendos propios de estas fiestas a sabiendas de que conforme se acercara la fecha nadie iba a querer elaborárselos.

Sin embargo, indica que en la actualidad incluso algunos elaboran sus propios trajes, acuden a tiendas donde los venden a precios económicos o simplemente los encargan en la capital del estado, donde los adquieren más baratos.

Aquí en la ciudad simplemente casi es nulo su trabajo en esta temporada. Externó que en esta ocasión por encargo de una señora de Buctzotz a la cual contrataron la apoya para elaborar ocho trajes, pero hasta ahí.

En otros tiempos no buscaba ni su esquina para poder terminar sus trabajos que ahora simplemente brillan por su ausencia.

Mientras que Carlos Manzanilla Herrera, gerente de conocida tienda de telas, dijo que la afluencia de clientes que las demandan para elaborar sus trajes es regular y que apenas han iniciado el consumo de sus productos y que en estas tiendas las más solicitadas son las boas de plumas a 160 pesos, el tul sparks de 40 pesos, el tul gliter de 20 pesos, el lamé corrugado de 60 pesos, el holdgrama élite de 30 pesos, el metálico compwter de 39 pesos, el organza metálica y tokio a 40 pesos y la charramuta licra a 60 pesos.

No pueden ofrecer telas de mayor cantidad pues la posibilidad económica de sus clientes no alcanzaría para adquirirlas y se quedarían con ellas.

Esta es la situación que vive el rubro laboral y comercial en esta temporada precarnavalesca que a duras penas genera algunos ingresos para este sector de la población.

(Luis Manuel Pech Sánchez)

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