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Yucatán

Sobre la película 'Roma” de Alfonso Cuarón

Pilar Faller Menéndez

Mucho se ha hablado de la película del director mexicano Alfonso Cuarón que ha recibido críticas muy halagadoras, y el reconocimiento internacional, considerada incluso como una de las mejores películas de la década, así como una obra de arte, lo cual no se pone a discusión, si los expertos y críticos así lo piensan, pero no es una opinión compartida por muchos que no somos expertos, pero que tuvimos la oportunidad de verla.

Cito una crítica publicada en un periódico capitalino: “Si algo hace tan grande y único a un medio como el cinematográfico, es su habilidad para condensar y transmitir las más puras emociones de un modo prácticamente más intenso del que puede experimentarse en la realidad, reduciendo algo gigante a una mínima expresión o transformando una pequeña anécdota en la mayor de las odiseas tras, como en el caso de “Roma”, exprimir un vago recuerdo de la infancia para moldear un retrato más grande que la vida misma.”

Ante tanto halago, me permití como público en general expresar mi humilde opinión: A mí no me pareció la gran cosa, no me disgustó pero en realidad no entendí la genialidad de ésta, y me atreví a expresarlo, a lo cual me sugirieron que me guardara mi opinión, o sería abatanada con comentarios desagradables por el comentario.

Quienes deciden sobre lo que es una buena película son dos públicos: los críticos que encontrarán genialidades en la técnica, desarrollo, trama, iluminación, calidad de actuación, mensaje, y puntos que se escapan de mis manos señalar porque no soy una experta en el arte cinematográfico, pero sí formo parte del público que después de verla puede opinar al respecto sobre lo que le gustó o no.

No todo lo considerado como lo mejor que se ha producido en las diferentes disciplinas por los conocedores de las mismas, tienen por obligación ser del agrado de quienes las ven o escuchan, y emitir una opinión al respecto no nos convierte en ignorantes ni faltos de aprecio a las cosas buenas que se crean.

Por coincidencia, fue una película mexicana, del productor, director y guionista Alfonso Cuarón Orozco, quien ha recibido galardones por otras películas, y es considerado como uno de los mejores en su medio, lo cual, me hace sentir orgullo que se aprecie el talento mexicano, pero no tengo la obligación de cambiar mis gustos, ni me considero ignorante por no haber encontrado la genialidad en su película “Roma”.

En este mismo instante probablemente se me acuse de racista porque la película fue protagonizada por una maestra rural que no obedece en estética con los prototipos establecidos de una artista, y en honor a la verdad, fue algo que en lo más mínimo demerita mi opinión. Probablemente, se deba a que no viví esos tiempos en la colonia capitalina llamada como la película, que por el furor que ha causado, ha sido motivo de que muchos habitantes de la Ciudad de México, actualmente estén visitando esa colonia debido al impacto que les causó la cinta.

Apreciar el arte es, definitivamente, un acto subjetivo que puede resultar para el que lo mira o escucha tres reacciones: le parece una obra maravillosa, no le parece tan genial, o de plano no le gustó. La opinión personal no debe autocensurarnos por temor a ser tachados de ignorantes, ni tampoco es cuestión de que alguien no explique o trate de convencer de las bondades y maravillas del mismo. La opinión de los críticos se respeta, pero no debiera influir en nuestros gustos personales, porque entonces estaríamos sujetos a decir que algo es bueno por lo que dicen otros.

Una vez más lo expreso: no me pareció la gran cosa, sin embargo me da mucho gusto que haya triunfado a nivel internacional y que haya recibido tan buena acogida. Sobre la protagonista, reitero que así fuera una de las artistas más aclamadas no cambiaría tampoco mi opinión, también me da mucho gusto, que los prototipos estén cambiando, ya que el físico no lo es todo, pero tampoco me pareció genial la actuación de Yalitza Aparicio.

Concluyendo, mi experiencia con el filme no me desilusionó, me ilustró sobre la vida de una familia de clase media de la Ciudad de México en los años 70 en la colonia Roma, que me dejó una noción de cómo se vivía en la capital de nuestro país en esos tiempos, lo cual siempre me ha causado curiosidad en cualquier película, las costumbres y modo de vida que se reflejan en ellos.

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