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Yucatán

Día de los Abuelitos

Roger Aguilar Cachón

A los abuelitos que me rodean

Desde hace algunos años, se ha dedicado un día específico en el calendario para celebrar, festejar, agasajar o bien recordar a los adultos mayores o como también es conocido este día, el de los abuelitos y abuelitas. El día en cuestión es el 28 del mes de agosto (este año es hoy miércoles). De seguro muchas de las instituciones dedicarán una serie de actividades para homenajearlos en su día, es también un momento ideal para que el comercio en sus muy diversas formas y características tengan ingresos extras.

Los viejitos, ancianos, o bien los adultos mayores son personas tan diferentes que no los podemos retratar de una sola manera. Sus diferencias los hacen ser auténticos, los viejitos vienen en diversos modelos y estilos, los hay amables, bondadosos, regañones, flacos, gordos, canosos, sin canas, blancos, morenos, con o sin cabello, etc. Cada uno de nosotros tiene cerca de sí a alguno de ellos. Hoy en día hablar de un abuelo o abuela ya no es remitirnos a aquellos estereotipos que teníamos de ellos hace algunos años, ahora los hay jóvenes que aún no peinan canas.

Pero ante esto, nos surge una pregunta, ¿quién es un anciano? Esa persona ya sea masculino o femenino es una caja de sorpresas, una caja de Pandora, misma que no tiene fondo y que por los años que llevan a cuestas son poseedores de una cantidad inconmensurable de experiencias. Mismas que les han curtido el cuerpo y que por lo mismo son capaces de aconsejar y guiar a las nuevas generaciones.

Los viejitos siempre han estado presentes en las sociedades y estoy casi seguro que en casa de cada cara y caro lector habrá un viejito que está a su lado y que son objeto siempre de atenciones. Han sido también motivo de canciones, me vienen a la memoria dos de ellas de la autoría de don Gabilondo Soler, conocido como Cri Cri, El Grillito Cantor, y estas son El Ropero y Di porqué, ambas dedicadas a las cabecitas blancas en donde se le daba a entender a los niños de mi generación que ellas eran poseedoras de grandes conocimientos y sobre todo de experiencias que era necesario que nos llegara a nosotros. Por ejemplo, en El Ropero el nieto tiene mucha expectación porque su abuelita le muestre las cosas tan bonitas que en él están guardadas, y esto nos lleva muchos años atrás cuando nosotros vivimos nuestra infancia y siempre hubo algún ropero con cosas maravillosas, en mi caso no de mi abuelita, pero sí de mi tía Rita, que siempre me gustaba que abriera porque en él había algo novedoso. Aparte del olor a naftalina que todavía está en mis células olfatorias, los libros, los recuerdos, “sus cosas”, eran de llamar la atención. En el caso de Di porqué, es una canción que si bien es cierto nos daba la imagen de la viejita de cabello blanco y de escasos dientes y proclive al llanto sin motivo aparente.

También hay una canción dedicada a los viejitos que se denomina Mi Viejo, en donde se hace alusión a los problemas que tienen éstos al caminar, tanto las de Cri Cri como ésta son poemas dedicados a la memoria de nuestros viejitos que de una u otra manera nos evocan tiempos pasados.

Cabe destacar que hoy día los viejitos o ancianos ya tienen diversas opciones de entretenimiento y también hay instituciones dedicadas al cuidado y manejo de éstos. En algunos casos son ellos mismos los que pueden apartarse de sus hogares porque se dan cuenta que ya son una carga y por “conveniencia” deciden ir a vivir a una casa de la tercera edad. Aunque en algunos casos éstos son llevados casi “a la fuerza” a los asilos o albergues, porque sus familiares ya no “pueden con ellos”.

A los viejitos y viejitas, así como a los abuelitos y abuelitas de nuestra sociedad los vemos en todos lugares, en algunos casos rodeados de sus seres queridos, en otros, en lugares ajenos, y también en las calles, ya sea vendiendo algún producto para poder sobrevivir, o bien pidiendo limosna para que con lo que “ganen” puedan llevarse algo a la boca para comer. Esta es una realidad que día a día se palpa y en ocasiones ante la vista y paciencia de autoridades e incluso en ocasiones de sus propios familiares. Es digno de mencionar la labor invaluable que han venido desarrollando desde hace algún tiempo algunas instituciones y empresas en donde se procura el ofrecer trabajo a las personas de la tercera edad, en caso específico me refiero a la oportunidad que se les proporciona a algunos de ellos para trabajar como “cerillos de la tercera edad” y creo que algunos ya están en la cuarta. Dicho empleo les permite de manera honrosa procurarse un ingreso para poder “pasar” la vida. Es conveniente hacer un llamado a la sociedad para apoyar a estos “cerillos” ya que en ocasiones es el único ingreso que tienen.

Los viejitos están en todas partes, en ocasiones forman parte de su entorno o bien se mimetizan en ésos. Los podemos ver caminando, algunos limpios y olorosos, otros, solamente limpios, unos buscando su sustento diario, otros esperando la fecha para cobrar su pensión o jubilación. Otros más en las calles tocando las puertas de las casas en donde ofertan su mano de obra para chapear, desyerbar o bien para darle mantenimiento al jardín. Auque también hay unos viejitos o abuelitos a los que les llamo “sociales” ya que participan en el cuidado de los nietos mientras la hija va a trabajar. ¿Les pagarán por este servicio? Los viejitos son como uno de los cuatro fantásticos, son invisibles o ¿será que no los queremos ver? Y en ocasiones ni caso les hacemos. ¿Ellos sabrán que hay un día dedicado a ellos?

Pero también hay personas de la tercera edad –los viejitos y abuelitos– que aún trabajan, esto se presenta en el mayor de los casos en la docencia, en donde ya muy entrados en años, los profesores y profesoras aún continúan laborando, tratando de dejar en cada clase una parte de su vida. Una parte de sus conocimientos y de sus experiencias. A estas personas, además de admirarlas, es necesario tenerles paciencia, ya que las nuevas formas de enseñar, de educar, van cambiando y para ellos es muy difícil adaptarse a estos cambios.

Quiero decirles a mis caros y caras lectoras que si tienen a su alcance a alguna persona de la tercera edad, deben acudir a ellas con la finalidad de aprender un poco más, los viejitos están llenos de conocimientos, ellos nos pueden decir tantas cosas que parece imposible que tantos conocimientos quepan en sus cabezas, en ocasiones blancas y en otras sin cabellos. Por medio de sus experiencias los ancianitos nos pueden llevar a los usos y costumbres de su época, qué era permitido hacer y qué no. Ellos nos pueden contar qué comían, a dónde iban a divertirse, la fascinación de algunos de ellos al ver la televisión por primera vez.

En este día dedicado a los ancianos y abuelitos, quiero dedicarles a todos aquellos que viven esta etapa de su vida palabras de aliento y que sepan que siempre hay un hijo o un nieto que estará pendiente de ellos. Siempre habrá alguien que los acompañe ya sea en su paso normal o lento, la paciencia, mis caros y caras lectoras, es un factor importante para que nuestros viejitos se sientan consentidos, que se sientan queridos y acompañados.

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