A escasas horas de la celebración de la navidad, la desesperación se apoderó de los campechanos, quienes raudos y veloces, recorrían comercio tras comercio en busca de su estreno, del regalo, de los guisos o del pavo que por diversas razones, especialmente la económica lo dejaron a última.
Entre los cientos de campechanos, en sus rostros ya ni había tranquilidad, el caminar de todos casi era a aprisa, pasar de un comercio a otro, al grado que la misma calle 53 del Centro Histórico se volvió a sí mismo un mercado, aprovechado por vendedores ambulantes de todo los giros, para aprovechar el último día de venta.
Debido a la gran concentración de compradores, fue necesario el aumento de la vigilancia de los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, especialmente en los cajeros automáticos de las instituciones bancarias.
De esta forma, los campechanos echaron mano de su magro aguinaldo y ahorros, para acudir en tropel a los mercados tradicionales, supermercados y tiendas departamentales a realizar las compras de última hora con motivo de la celebración de la Nochebuena y Navidad, celebraciones máximas de quienes predican la fe católica.
Durante la mañana y tarde de este 24 de diciembre, el ánimo consumista de los campechanos se mostró exacerbado, sobre todo para aquellos que dejaron para última hora la adquisición de artículos como: ropa, calzado, perfumes.
Papá Noel también gastó
Otro factor que en estos días incentiva el consumo es Santa Claus, la competencia gringa de los Reyes Magos. Preservar la llegada anual de Papá Noel también significó una derrama millonaria para el comercio.
Las fiestas decembrinas son motivo para adquirir prendas o artículos nuevos, pero también para manifestar al prójimo aprecio, amor o gratitud. Esta situación propicia que en la víspera de la Navidad tenga lugar uno de los mayores flujos de circulante, generándose un auge económico repentino para el comercio.
Durante el año que concluirá la mayoría de las noticias que se referían al ramo económico fueron negativas, sin embargo, los campechanos se la ingeniaron para manifestar su generosidad a quienes aman.
Las compras de última hora propiciaron que algunas calles como la calle 53 lucieran abarrotadas de compradores, que sin regatear se mostraban decididos a adquirir diversos productos.
Por su parte, los comerciantes del primer cuadro de la ciudad también aprovecharon para ofertar sus productos. Desde luego, también echaron mano de estrategias como las concebidas de rebajas de hasta el 50, 40 o 30 por ciento.
Arrebatado aprovechaban los descuentos de hasta un 50 por ciento por cierre de temporada, algunos más en familia disfrutaban del día de asueto para muchos, mientras que algunos más aprovecharon la ocasión para rencontrarse con amigos y familiar previo a la cena de Nochebuena.
Pedro Sainz de Baranda, atiborrado
La llegada del mal modelo centro comercial norteamericano amenaza con extinguir al mercado público tradicional. Los locatarios del Pedro Sainz de Baranda todo el año se quejaron de la ausencia de compradores, pero hoy fue distinto.
Este martes prácticamente todas las áreas del mercado principal de la Campeche lucieron abarrotadas. Los compradores adquirieron de todo. No fue uno de los mejores días de venta, pero el resultado fue satisfactorio, revelaron varios locatarios del área de carnes y aves.
Otro de los giros donde hubo bonanza fue el que se dedica a la venta de condimentos y demás productos para la elaboración de la cena navideña. Las bodegas de los comerciantes no fueron desabastecidas, pero en la mayoría de los casos las ventas fueron satisfactorias.
En los mercados periféricos y centros comerciales, la conducta consumista fue similar. Ya vendrá la cuesta de enero.
(Karina Gómez / Lucio Blanco/ Alan Gómez)