Internacional

Hechos históricos

Alfredo García

La cultura occidental formada por elementos con características comunes, compartida por países con un sistema social, cultural y económico similar, no es homogénea. Valores como patriotismo, lealtad, amistad, traición, ética, honra, decoro o familia, no tienen la misma acepción, matizados por la historia, tradición y costumbres de cada nación.

El pasado miércoles al absolver al presidente Donald Trump, los senadores republicanos demostraron el matiz de la ética política en la cultura norteamericana. Tras dos semanas de creciente tensión entre demócratas y republicanos, el Senado se pronunció a favor de absolver al mandatario de las graves acusaciones en su contra.

En una demostración de porfía partidista sin precedentes, la mayoría republicana se impuso en bloque con 52 votos a favor y 48 en contra para absolver a Trump de la acusación de “abuso de poder” y 53 a favor y 47 en contra por “obstrucción” al Congreso. El resultado no fue sorpresa. Desde el inicio del juicio, el líder de los senadores republicanos, Mitch McConnell, explicó su diaria coordinación con la Casa Blanca para garantizar el voto partidista absolutorio. Solo el senador republicano Mitt Romney votó junto a los demócratas en favor de la destitución de Trump.

El triste paso a la historia del tercer juicio político a un presidente en 244 años de existencia de la nación norteamericana, fue acompañado por el también hecho histórico protagonizado por el pundonoroso senador republicano, al emitir el voto en contra de su líder político, siguiendo según admitió, la “ineludible convicción” que así demandaba “el juramento prestado ante Dios”. “Creo que tratar de corromper unas elecciones para mantener el poder, es un asalto a la Constitución, todo lo atroz que lo puede ser. Por esa razón es un delito o una falta grave, y no tengo otra opción bajo el juramento que preste, que expresar esa conclusión”, declaró el senador Romney visiblemente emocionado.

A mediados del pasado diciembre, la Cámara de Representantes de mayoría demócrata, aprobó por 230 votos a favor y 197 en contra y 229 a favor y 198 en contra, la primera y segunda acusación respectivamente, remitiendo el expediente acusatorio al Senado para iniciar el juicio político. Tres representantes demócratas conservadores votaron con los republicanos: Collin Peterson de Minnesota, Jeff Van Drew, de New Jersey, y Jared Golden, de Maine. Con las contradictorias votaciones en ambas cámaras, el Congreso estadounidense mostró la división política sobre las acusaciones contra el presidente Trump, a menos de un año de las elecciones donde el polémico presidente aspira a su reelección.

Solo 3 representantes demócratas de un total de 235 y un senador republicano de un total de 53, ejercieron su voto según sus “principios” en contra de la línea partidaria que defendía a Trump o lo condenaba, haciendo caso omiso a juicios de valor jurídicos y constitucionales. El matiz norteamericano del fanatismo político, hizo aceptable la pérdida de dignidad de los legisladores republicanos frente a las faltas cometidas por Trump.

Por su valiente decisión, el senador rebelde recibió fuertes insultos y críticas del presidente Trump y sus colegas republicanos. Sin embargo a mediano plazo, el impacto moral de su aguerrido gesto entre los republicanos moderados e indecisos, pueden marcar una diferencia en las elecciones de noviembre.

El Apóstol de Cuba, José Martí, en el contexto de la lucha por la independencia escribió: “Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana”.