Opinión

Todo es Personal en Yucatán

FINALMENTE FUE CELEBRADA la asamblea para la renovación del consejo estatal y nacional del PAN Yucatán el pasado domingo 12 de octubre en conocido local en el oriente de la ciudad de Mérida; tal como lo reportamos en esta columna, el presidente estatal de los panistas y diputado local plurinominal, Álvaro Cetina Puerto, logró su cometido: evitar a toda costa la competencia y que la renovación se diera por ratificación. Entre algunos de los asistentes no dejó de llamar la atención el discurso de su líder, que lo utiliza en diversos actos públicos y que siempre remata con: “No queremos regresar al pasado, sino recuperar al futuro”. En círculos cercanos comentan que Cetina Puerto invoca lo anterior en sus intervenciones a manera de cuestionar al “viejo PAN” debido a que las elecciones internas históricamente han sido objeto de disputas personales y divisiones, por lo que una de sus encomiendas es lograr que todo sea “bajo consenso”.

Para lograr el cometido de la “ratificación” en el consejo estatal, tres fueron las candidatas a consejeras locales “sacrificadas”: Teresa Irene Ucán Martín, Dafne Celina López Osorio y Alice Adriana Patrón Correa; sin embargo, los emisarios de su “retiro” de candidatura fueron, por decir lo menos, anecdóticos.

En el caso de Ucán Martín, conocida operadora en el sur y candidata perdedora en la última renovación de la presidencia municipal de Ticul, el elegido fue el diputado Marco Pasos, encargo personal del coordinador de los albiazules en el Congreso, Roger Torres Peniche, ya que ambos pertenecen a su ala de poder. Respecto de Dafne López, el encargo corrió a cuenta del equipo de Cecilia Patrón y, para su confort, se le informó que se quedaría sin lugar en el comité estatal, pero sería ratificada para ser Consejera Nacional. Finalmente, a Alice Patrón, también Secretaria de Capacitación en el Comité Estatal Panista y subordinada del presidente Álvaro Cetina Puerto, su anuncio fue más limitado y con poca cortesía: básicamente por “disposiciones presidenciales” se requirió su lugar. ¿Dónde quedó la promoción política de la mujer que tanto presume el PAN?

EN LAS ÚLTIMAS semanas ha habido bastante ajetreo en la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Mérida, bajo las instrucciones de Arturo León Itzá. El motivo de la molestia fue la remoción de un conocido operador territorial panista que fungía como jefe de departamento, Juan de la Cruz Cano Rodríguez, quien ahora fue mandado a la Dirección de Obras Públicas como Coordinador. Todo lo anterior fue ejecutado por el operador estrella de León Itzá, el ingeniero Henry Aldana Chi.

Dicen los que saben que el movimiento se dio debido a los crecientes rumores que se gestan al interior de la dependencia, donde la llamada “chiquillada” (colaboradores del Director bastante jóvenes) ha hecho y deshecho a su antojo, incluyendo el mal uso de vehículos oficiales e incluso percances automovilísticos que los han dejado sin funcionamiento y que pueden encontrarse en el estacionamiento de la dependencia. El castigo a dicho colaborador fue una suerte de “advertencia” para que cesen los rumores.

TREMENDO REVUELO CAUSÓ la nota que publicamos sobre el escándalo del maltrato animal en el plantel Mérida 3 del Conalep. Tal como se ventiló en su momento, todo inició con el intento de expulsar a los perritos Willie y Coca, dos animalitos que habían nacido dentro del plantel y eran cuidados con cariño por los propios alumnos. La orden –según cuentan las voces internas– fue clara: sacarlos a la calle sin buscarles adopción y dejarlos a su suerte.

Lo que no se esperaban las autoridades es que los alumnos, indignados, alzaran la voz y evitaran el atropello, logrando frenar la injusticia. La noticia corrió como pólvora, y cuando la presión social y mediática comenzó a sentirse, desde la Dirección General optaron por recular.

Pero, fieles al estilo burocrático, intentaron maquillar el escándalo con una rápida maniobra de distracción: lanzaron de la nada un programa llamado “Canofilia”, llevaron influencers, perros amaestrados y cámaras a los planteles, tratando de mostrar una imagen de sensibilidad y amor animal. Sin embargo, el montaje fue tan evidente que los propios estudiantes no se tragaron el cuento.

Para colmo, trascendió que la perrita Coca se encuentra muy enferma, con un tumor avanzado y sin recibir la atención veterinaria adecuada, pese a las múltiples peticiones de los alumnos que la cuidaron desde pequeña. Dicen que el silencio institucional pesa más que la empatía, y que mientras las autoridades posan para las fotos, la realidad del maltrato sigue escondida tras los muros del plantel.

EL PATALEO DEL diputado Álvaro Cetina tras llevarse una auténtica tunda en el debate sobre la tarifa eléctrica –un debate que, según quienes vieron la escena, creía tener controlado hasta que su propia bancada lo dejó solo. Cetina, diputado del PAN, intentó sostener el frente, pero la ausencia inexplicable de tres legisladores panistas en un punto de acuerdo considerado clave para el PAN dejó el escenario abierto para que la estrategia se le viniera abajo.

Dicen las fuentes del Congreso que en política no hay casualidades: Roger Torres pidió la voz en su momento, después notificó que su intervención ya no procedía, y aunque fue uno de los más molestos por lo que calificaron como la falta de pericia del diputado Cetina, la dinámica ya había cambiado. Las críticas se concentraron en la imposibilidad del legislador para defender o incluso amortiguar señalamientos vinculados a su exgobernador Mauricio Vila.

La escena terminó de descomponerse detrás del estrado: al bajar el presidente del PAN se le vio aporrear papeles y soltar un regaño con los ojos enrojecidos hacia sus jóvenes asesores. No era para menos: la bancada morenista celebraba en voz baja, porque lo que presenciaron fue un golpe moral que les permitió mostrar una táctica afilada y coordinada.

El epílogo tuvo tinte tragicómico. Al concluir la sesión, Álvaro Cetina se quedó intentando grabar –una y otra vez– sus famosos TikToks. Las cámaras improvisadas no disimularon su enojo: al cortar una toma se le escuchó decir, “ya súbanlo… ese huiro (en referencia a Alejandro Cuevas) me lo voy a comer en las redes”. Mientras tanto, el diputado Cuevas se limitó a sonreír desde la bancada.

EN LOS PASILLOS del Cabildo de Mérida se comenta que los regidores de la 4T andan más descoordinados que una comparsa sin tamborilero. Cada uno camina por su lado, con agenda propia y poca o nula comunicación, lo que ha convertido a su bancada en un rompecabezas sin piezas que encajen.

El más activo es su coordinador, Adrián Gorocica, pero coordina a nadie. Sus llamados a la unidad se pierden en el eco del salón de cabildo. Su relación con Denis Pérez, regidora por el Verde, es prácticamente inexistente; ella ha votado varias veces a favor de iniciativas impulsadas por Cecilia Patrón, lo que ha generado molestia entre los suyos.

Por su parte, José Manuel Peniche Marenco parece más ocupado en los negocios que en los temas municipales, presumiendo la renta de la Plaza de Toros Mérida para espectáculos taurinos. Diego Carrera, el más joven, junto con sus hermanas, disfruta de la cercanía con los círculos de poder, jugando a hacer política y subiendo historias en Instagram como si la gestión municipal fuera una pasarela digital.

ASÓ LA ESPERADA Semana Yucatán en México, un escaparate que suele presumirse como gran vitrina del talento, la cultura y los productos del estado. Sin embargo, esta edición dejó más sinsabores que logros, y varios episodios que se comentan con incomodidad.

Trascendió que hubo problemas por uso de marcas y permisos, generando roces entre organizadores y expositores. Lo más notorio fueron las pugnas internas entre funcionarios.

Oficialmente el responsable del evento era Alberto del Río, mientras las cámaras captaron al “lleva y trae” Sergio Arceo, quien pasaba lista a empleados de la Conade para asegurarse que asistieran a aplaudir al director Rommel Pacheco. Una escena que, según testigos, mezcló más nerviosismo que orgullo institucional.

Al final, hubo buena afluencia de público y se cumplieron las metas en asistencia, pero faltaron temas de fondo y sobraron roces internos. La Semana de Yucatán cerró con sabor agridulce: mucho brillo en el escenario, pero demasiadas sombras tras bambalinas.

EN LOS PASILLOS del norte de Mérida –en las oficinas de la Secretaría de Economía– se comenta con ironía que ahí despacha el subsecretario Roger Góngora. Exdirector de la ADY durante el gobierno de Mauricio Vila, hoy pintado de guinda, Góngora parece haber encontrado su vocación en las cámaras y redes sociales.

Desde su portal “Trasmuro” promociona residencias de alto nivel económico, muchas presuntamente pertenecerían a Vila o Antonio “Tony” González, con quien tiene estrecha amistad.

Esa misma cercanía, cuentan, ha provocado fuertes fricciones con el actual titular del IYEM, Salvador Vitelli, con quien la relación es tan tensa que ni los buenos días se cruzan, pese a que comparten oficinas bajo el mismo techo. Quienes frecuentan el edificio aseguran que el ambiente puede cortarse con cuchillo: mientras Vitelli intenta mantener el bajo perfil, Góngora no deja pasar oportunidad para lanzarle indirectas o comparaciones incómodas.

La última –según testigos– fue la gota que derramó el vaso: en tono burlón, Roger se habría referido a Vitelli diciendo que “con Tony González el IYEM sí funcionaba”, comentario que no solo encendió el enojo del funcionario, sino que reforzó la fama del subsecretario de no limar asperezas institucionales.

QUIENES HAN ESTADO muy activas últimamente son las diputadas Sayda, del PAN, y Chabelita, diputada federal por el cuarto distrito de Yucatán. Mientras el Ayuntamiento tiene en abandono algunos parques y espacios públicos, ellas han pintado, limpiado y rehabilitado algunas áreas, aunque no queda claro si cuentan con permisos o si usan recursos propios o públicos.

Lo cierto es que, más allá del color de la brocha, la iniciativa ha levantado cejas: unos lo ven como un gesto de compromiso con la comunidad, otros como un movimiento de claro tinte político que busca tapar –con pintura, literalmente– las omisiones del Ayuntamiento panista.

Habrá que estar atentos para ver si estas jornadas de rescate son solo una estrategia de imagen o si en verdad responden a una preocupación genuina.

MIENTRAS EN SECIHTI continúan las altas y bajas dentro del gobierno del estado, la Secretaría encabezada por Giovanna Campos ha sido escenario de constantes cambios de personal. Desde la incorporación de Totocho García, senador suplente de Jorge Carlos Rodríguez Marín, como jefe de departamento de la dependencia, hasta la reciente baja de Eduardo Luna, asesor de Fede Quijano –quien apenas hace unas semanas había sido presentado por la propia titular como enlace de economía–, los movimientos no han cesado.

DICEN los que saben que la magia administrativa de los hermanos Rommel Pacheco y su inseparable aliado Irak Green no se quedó en los clavados ni en los reflectores de la CONADE. Al parecer, el hechizo ha llegado hasta el Imdut, donde –según comentan en los pasillos– las factibilidades para desarrollos inmobiliarios están saliendo como pan caliente.

Lo curioso, cuentan, es que esas autorizaciones no siempre pasan por el tamiz del análisis técnico ni ambiental que debería proteger a la población. Más bien, parecen fluir con la misma ligereza con la que algunos funcionarios abren la cartera cuando el “proyecto” promete beneficios… personales.

Mientras tanto, los vecinos y colonos afectados por el crecimiento desordenado observan cómo los permisos brotan sin freno, y cómo la dependencia que debía velar por la movilidad y el bienestar ciudadano se convierte, poco a poco, en una oficina de “todo se puede”… siempre que haya el incentivo adecuado.

Así, la magia de la Conade parece haber encontrado nueva sede: el Imdut, donde cada firma vale su peso en oro… y los beneficios, como en todas las ocasiones, caen del lado de los de siempre.

EL AMBIENTE en el Congreso del Estado anda más caldeado que el clima yucateco. En menos de una semana ya van dos enfrentamientos fuertes entre los diputados Wilmer Monforte Marfil y Alejandro Cuevas Mena, quienes se han peleado por temas de protagonismo y control político dentro del grupo parlamentario.

El más reciente choque se dio a raíz del punto de acuerdo presentado por el panista Álvaro Cetina Puerto para solicitar la reclasificación de la tarifa eléctrica en Yucatán. Cuevas Mena –dicen los presentes– aseguró que se encargaría de “dejar en ridículo” al joven legislador del PAN, pero al final la narrativa pública fue exactamente la contraria: Álvaro Cetina logró posicionar el tema, acaparar la discusión y exhibir la falta de coordinación en la bancada morenista.

 Lo ocurrido dejó heridas visibles. Acusan a Alejandro Cuevas de actuar por cuenta propia, sin respetar los acuerdos internos ni la estrategia del partido guinda, mientras que otros le reprochan al coordinador, Wilmer Monforte, no tener el control político ni el respaldo de todos sus compañeros.

A la trifulca se sumaron también actores externos: el secretario general del Congreso, Martín Chuc, cercano al también presidente de la Mesa Directiva , y el asesor legislativo Zamná Luna, identificado con el grupo del coordinador.

Algunos diputados evalúan saltar al Partido Verde con Harry Rodríguez. Los egos –dicen los que saben– están pasando factura, y más de uno teme que el desgaste interno termine afectando la operación política.

A veces parece que la luz no solo está cara… también escasea.

Porque lo que juzgas en otros, a veces es lo que no entiendes en ti. Todo es personal.