Opinión

Todo es personal en Yucatán

Se dice que, bajo su gestión, se ha favorecido a empresas nuevas y sin experiencia en la construcción de espacios educativos, algunas de ellas presuntamente cercanas a su círculo personal.

Al interior de la dependencia corre la versión de que el propio Chan presiona a funcionarios para autorizar pagos sin el sustento debido. Y mientras los procesos se retrasan por su constante ausencia en la oficina, la fama de sus noches bohemias — donde le apodan “el Pajarito”— ya es vox populi, reflejo de una falta de liderazgo que empieza a pesar en el cumplimiento de los objetivos de esta administración.

EL AYUNTAMIENTO de Mérida sufrió un nuevo descalabro jurídico al dictar la Suprema Corte de Justicia una sentencia que dio la razón al Congreso del Estado, luego de que este último frenó el incremento a los valores catastrales y, con ello, el aumento del impuesto predial. Sin embargo, esa estrategia jurídica tiene dos responsables con nombre y apellido: Carmen González Martín y Manuel López Rivas, quienes llevaron las riendas del recurso legal presentado. El resultado no solo implica una derrota jurídica, sino también un round político perdido con miras al 2027.

Vale la pena recordar que Manuel López Rivas fue director jurídico del PAN con el ahora morenista Raúl Paz y causante de multas históricas para dicho partido, que la administración de Asís Cano Cetina tuvo que pagar. ¿Qué consecuencias tendrá para los funcionarios mencionados el papel desempeñado? ¿Seguirá confi ando la alcaldesa Cecilia Patrón en la capacidad de su equipo legal? El desenlace aún está por verse.

REINA LA impaciencia, una vez más, en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Yucatán (Iepac), debido al secreto a voces que ya circula en los pasillos: producto de la reforma político-electoral que la presidenta presentará en febrero del próximo año, se da por descontado que uno de los puntos más polémicos será la desaparición de los organismos públicos locales electorales, entre ellos el Iepac.

Aunado a lo anterior, se ha hecho evidente que en los últimos meses la Dirección Ejecutiva de Administración ha recibido renuncias y solicitudes de licencia de personajes que han encontrado refugio en los nuevos gobiernos estatal y federal de Morena, así como en los poderes Judicial y Legislativo locales, ahora bajo la dirección de la 4T. Se esperan más movimientos.

DE MANERA sigilosa, los panistas aguardan los primeros días de octubre para la renovación del consejo estatal; sin embargo, a diferencia de años anteriores, no habrá competencia ni participación relevante. Las razones: los albiazules no lograron reunir ni siquiera el número máximo de propuestas para la integración del Consejo, que debe estar conformado por 50 hombres y 50 mujeres. Reportes internos indican que únicamente se inscribieron 47 hombres y 48 mujeres, aunque el Comité Directivo Estatal, encabezado por Álvaro Cetina Puerto, aún cuenta con una carta bajo la manga: inflar artificialmente la pobre convocatoria presentando propuestas por parte del Comité que preside, a fin de alcanzar la cantidad necesaria.

SE CONCRETÓ lo reportado en esta columna en fechas recientes: quedó desintegrada la bancada de Morena en el cabildo meridano por falta de acuerdos sobre quién debía ocupar la coordinación, misma que, según regidoras de la 4T, estaba prevista como rotativa. Sin embargo, el actual coordinador, Adrián Gorocica Rojas, se negó a cumplirlo. En consecuencia, las regidoras Berenice Rivera Silva y Denisse Pérez Rodríguez solicitaron su separación para quedar como representantes del Partido del Trabajo y del Partido Verde, aliados de la Cuarta Transformación. Entre otras razones, estas diferencias motivaron que votaran en algunas decisiones junto con la bancada mayoritaria panista, ya que ambas regidoras nunca han soportado ser ninguneadas por sus compañeros morenistas.

LARGA ESPERA. A poco más de un año de integrarse, la fracción morenista en el Cabildo meridano sigue sin ponerse de acuerdo sobre quién será su próximo coordinador, conforme al acuerdo firmado al inicio de la administración municipal. Nuestras fuentes aseguran que la tardanza se debe a desacuerdos internos, situación que ha sido aprovechada por el actual coordinador, Adrián Gorocica Rojas, para protagonizar discusiones en las últimas sesiones del Cabildo.

En teoría, según informantes de esta columna, el siguiente en asumir la coordinación sería el dirigente de la CATEM, José Manuel Peniche Marenco; sin embargo, este se ha mostrado prudente y ha declarado que, si su partido le solicita asumir el cargo, lo hará sin dudar, pues se debe a la ciudadanía y sus reclamos para mejorar su bienestar… ¿Entonces?

HABLANDO DE Adrián Gorocica Rojas, el edil recibió comentarios negativos en redes sociales luego de publicar las razones por las cuales la bancada guinda votó en contra de la propuesta de concesionar ciertos servicios de salud a una empresa particular.

SUPERFICIAL. Mientras algunos políticos morenistas se deleitan en festejar el fallo de la Suprema Corte de Justicia que declaró válida la reforma al artículo 46 de la Ley de Hacienda del Municipio de Mérida —con el argumento de que se falló a favor de quienes menos tienen contra el aumento del Impuesto Predial—, la bancada panista en San Lázaro brilla por su ausencia en defensa de la alcaldesa Cecilia Patrón.

Según reportes de quienes siguen de cerca la administración municipal, al interior del gobierno comienza a crecer un descontento que apunta hacia la Secretaría de Finanzas. No es para menos: la desorganización y la lentitud con la que se toman las decisiones han generado múltiples problemas en distintas dependencias.

AL SECRETARIO de Economía, Milo Barrera —como gusta que le llamen— se le ha visto cabizbajo. Su aspiración demasiado anticipada a la alcaldía de Mérida ha levantado más críticas que aplausos.

Dentro de las estructuras políticas y círculos rojos, su intención no ha sido bien recibida; se le señala como un movimiento fuera de tiempo y forma. Apenas un reducido grupo de empresarios, más entusiastas que conocedores del proceso político, parecen respaldarlo.

Mientras Milo insiste en mostrarse con la “banda guinda” al pecho, en los pasillos se comenta que su proyecto nació cuesta arriba y con poco oxígeno político.

A PROPÓSITO de aspiraciones, comienza a sonar con fuerza el nombre de Lila Frías, secretaria de Pesca, quien estaría moviéndose seriamente para buscar la alcaldía de Progreso. En los círculos políticos se comenta que su figura resulta más favorable que la de la diputada Chelita Magadán, además de que carga con menos intereses particulares.

A su favor, Lila Frías cuenta con la cercanía al Gobernador, fortalecida desde su posición en la Secretaría de Pesca, lo que la coloca como una de las cartas más firmes para la contienda que se avecina.

Porque el poder que anhelas nunca será suficiente, todo es personal.