Jorge A. Franco CáceresIntroducción ¿De qué nos sirven más de dos mil propuestas misceláneas recogidas desde una plataforma digital cuando sabemos que este recurso tecnocrático de la gobernanza demagógica, nunca ha servido para registrar las urgencias urbanas que nos ayuden a comprender lo que realmente sucede con la vivienda, la infraestructura y los servicios por todos los rumbos de Mérida?
Sabemos también que las “revealing reflections” sirven mucho más para la planificación integral que las “medley proposals”, especialmente cuando las reflexiones reveladoras son enunciados cualitativos sobre la arquitectura y la tecnología por las que claman con los ojos vendados las propuestas misceláneas.
A diferencia del Ayuntamiento, nosotros no ignoramos que, para cualquier esfuerzo planificador del desarrollo sostenible, se necesitan conceptos sustantivos además de representaciones gráficas y especificaciones técnicas.
Arquitectura, Tecnología y DECIDE Mérida
Arquitectura y problemas de nuestra cultura arquitectónica, por un lado, y tecnología y problemas de nuestra cultura tecnológica, por otro, ambas a partir de reflexiones críticas, nunca aparecieron como tales en la consulta municipal denominada DECIDE Mérida. No lo hicieron a pesar de que constituyen, en principio, las únicas referencias que son realmente indispensables para los enunciados cualitativos sobre el urbanismo existente en nuestra capital.
No acudimos a la plataforma señalada por considerarla inútil para registrar apremios de la capital yucateca que se relacionan con fallas crónicas del Ayuntamiento: 1) ineptitud para elaborar consideraciones teóricas sobre los paisajes urbanos de Mérida, y 2) negativa a apuntalar reflexiones avanzadas sobre los problemas de nuestra cultura paisajística. Se trata de esas dos posturas municipales que rechazan las elaboraciones conceptuales que identifiquen y juzguen de modo integral lo que está pasando con nuestro patrimonio cultural debido al urbanismo emeritense.
Desde luego que lo que hacemos no persigue ser parte de un proyecto editorial para celebrar alguna gestión municipal como la Capital Americana de la Cultura y menos ponderar algún proyecto sectorial como el Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Mérida (PMDUM), sino fundar una plataforma intelectual y democrática sobre el desarrollo integral de nuestra ciudad. Se trata de un trabajo ciudadano conjunto para propiciar una elaboración temática que ayude a elaborar material paisajístico suficiente en cantidad y potente en calidad, ya que no deja de ser una grave omisión del Cabildo emeritense no tener claridad sobre lo que sucede al respecto en ninguna de sus instancias.
Los principales asuntos ignorados en las más dos mil propuestas de la consulta municipal son que la arquitectura no solo es arte desplegado y la tecnología no es solo ciencia aplicada, ambos como implantes arbitrarios en el paisaje urbano de la capital yucateca. Por esto razón, además de no reconocerse: 1) que su contextualidad es tan simbólica para el paisaje cultural como su individualidad; 2) que su utilidad es tan emblemática para el desarrollo social como su sostenibilidad, y 3) que su confort es tan significativo como su seguridad, nada se dice sobre que deben ser renovables.
Menos se acota ahí que deben ser sostenibles, pero no solo porque sean muy costosos para la comunidad ciudadana, sino porque pasan a ser parte de la memoria colectiva de nuestra ciudad.
No es ningún secreto que las arquitecturas y las tecnologías suelen suscitar opiniones encontradas cuando se les evalúa desde la óptica del patrimonio cultural en el paisaje urbano. Sin embargo, el Ayuntamiento de Mérida ya debería saber que, cuando alguna de ellas o todas en conjunto son cuestionables por desconocer este criterio, dejan en evidencia a las autoridades que preguntan en forma inexperta debido a que creen que entre ellas no hay diferencias cualitativas.
Menos mal que cuando esto sucede ante la opinión pública, sirve para precipitar una crítica indispensable sobre esas arquitecturas y tecnologías que están llamadas a su desaparición del paisaje urbano, es decir, para formar parte de la historia por carecer de elementos simbólicos, emblemáticos o significativos que las respalden.
Conclusiones
Cualquier arquitectura o tecnología al margen del paisaje urbano es dudosa como patrimonio cultural en múltiples sentidos porque, no solo comete el atropello social de ignorar el entorno pobre en que se ubica y su escaso espacio urbano público, sino por su equívoco significado, su endeble lealtad, su dudoso confort, su cuestionable funcionalidad, su presunta facilidad de mantenimiento y reiterada seguridad y, sobre todo, por su imposibilidad de flexibilidad, adaptabilidad y reciclaje. Arquitectura y tecnología efectistas no son caminos de integralidad y sostenibilidad en Mérida, así se pretenda lo contrario desde las dos mil propuestas misceláneas de DECIDE Mérida.
La arquitectura y la tecnología patrimoniales no se pueden globalizar pero, paradójicamente, su frivolidad actual se ha generalizado en Mérida cuando el avance constructivo y la proliferación de nuevos materiales han posibilitado que los arquitectos y los ingenieros operen en el sentido de que es la fortaleza de la gestión tecnocrática lo que vuelve indispensable cualquier cosa, llámese obra o servicios públicos, en el paisaje urbano.