Yucatán

Fotografía análoga tiene más ventajas que la digital

La fotografía análoga es y seguirá siendo mucho mejor que la digital porque es mucho mejor en calidad y duración, nitidez y muchas otras ventajas que no ofrece la digital, dijo el fotógrafo Fernando Cervera Rodríguez, quien durante varias décadas fue fotógrafo publicitario, hasta que la edad y una enfermedad le impidieron seguir con su profesión.

Amablemente el fotógrafo nos recibió en su casa ubicada en la comisaría de Xcumpich y nos platicó que al igual que muchos otros fotógrafos él comenzó a trabajar por necesidad, cuando apenas había cumplido 16 años de edad.

Recordó que en 1949 comenzó a trabajar en el estudio de Emigdio Palma, fotógrafo argentino, con el que se inició como su ayudante de laboratorio, junto con otro fotógrafo guatemalteco de nombre Manuel Paz, que era el encargado de las fotos, porque Palma siempre se la pasaba en los Estados Unidos y fue quien le enseñó todo lo que sabe del oficio.

Indicó que vino a Mérida por primera vez, cuando sus abuelos cumplieron 50 años de casados y cuando regresó a la Ciudad de México se enteró que el estudio había cerrado y se quedó sin trabajo; entonces se fue al laboratorio llamado Los Panchos, donde revelaba películas, hasta que se pasó a la Kodak y después a Magicolor como encargado de mezclas, pero su pasión era tomar fotos.

Fue a los 25 años cuando decidió trabajar por su cuenta;y corría 1955, cuando le pidió prestado mil pesos a su papá, con los que se compró una cámara 4 por 5, una ampliadora y los equipos para instalar un pequeño estudio en las calles de Uruguay de la Ciudad de México, donde estuvo trabajando hasta especializarse en la fotografía de publicidad; trabajó para varias empresas y con grandes publicistas hasta que regresó a Yucatán y abrió un estudio en la 60 por 47 pero no le fue bien, porque era un estudio de retrato y en ese tiempo no se usaba la fotografía publicitaria y se regresó a México. Una vez en la capital del país, regresó a buscar a sus clientes y siguió hasta que se retiró y regresó a Mérida hace 32 años.

Comentó que ya en Mérida intentó instalar un estudio, pero tampoco funcionó, por lo que comenzó a trabajar para la empresa COMPRO, de Javier Montes de Oca, con Pablo Casares, Jorge Vales y otros publicistas, hasta que por su enfermedad dejó de trabajar y ahora sólo “acaricia las paredes”.

Detalló que la fotografía de publicidad requiere de mucho ingenio para poder captar una imagen; como ejemplo, dijo que cuando retrataba un coche para Walter Thomson de la Ford, había que ubicar muy bien el coche y con una iluminación muy suave para evitar puntos brillantes que no son convenientes; por eso comenzaba a trabajar desde las 4 o 5 de la mañana, para ubicar al objetivo, se limpiaba muy bien y sobre todo para aprovechar la claridad celeste, antes de que salga el sol, porque es la luz adecuada, la cual sólo tarda unos minutos.

Lo mismo retrató botellas de refrescos y productos comerciales para hoteles.

Finalmente dijo que gracias a la fotografía pudo viajar a muchas partes del país y del extranjero, porque la foto de publicidad se pagaba muy bien.

(Víctor Lara Martínez)