Dra. en Arq. Yolanda Fernández Martínez
El 16 de junio de 2015 mi señor padre el Dr. Hiram Alberto Fernández Victoria me dejó su última enseñanza en vida, sin embargo, a lo largo de estos cuatro años, el recuerdo de un padre y abuelo amoroso, responsable y exigente ha estado presente más que nunca. Por azares del destino nos toca recordar su aniversario luctuoso en la celebración del Día del Padre. Lo que parece una ironía de la vida misma, en realidad se convierte en una enseñanza permanente.
¿Qué celebramos el día del Padre? Celebramos una de las responsabilidades más importantes que asume una persona a lo largo de su vida, pero creo que lo más significativo es lo que queda después de ella. Precisamente es por ello por lo que en cada día reconozco situaciones que vistas desde los ojos de mi padre hubieran tenido diferentes lecturas, las cuales se mezclan con mis interpretaciones para dar lugar a conclusiones que, independientemente de los cambios generacionales, siempre reposan en principios y valores.
Por tanto, ¿qué celebramos este día? Celebramos algo que deberíamos tener presente todos los días, la responsabilidad que un padre tiene para trascender en la educación y formación de sus hijos con base en principios y valores. Las cuales se enriquecen de forma maravillosa cuando se inculca el gusto por escribir, leer y la música. Los mejores alimentos para el alma y el espíritu se aprenden en el calor del hogar. Así que la mejor manera de celebrar la vida de mi padre en este día es con lo que él disfrutaba. Celebraré escribiendo y recordándolo con sus preferidos: Tchaikovsky, Liszt, Chopin, Francisco de Quevedo y Amado Nervo; y no me queda más que agradecerle infinitamente estar presente todos los días a través de sus enseñanzas, observaciones y precisiones. Así como mi agradecimiento al Por Esto! por el espacio para compartir este momento de vida tan valioso.