—Todos los días Dios nos está buscando, todos los días está esperando nuestra respuesta, todos los días quiere que abramos nuestro corazón, nuestra vida, Él quiere vivir y vive en nosotros todos los días, cotidianamente, ordinariamente, podemos decir; todo tiempo, todos los días son oportunidades de vivir la salvación, dijo ayer el Obispo Auxiliar Pedro Sergio Mena Díaz, en la misa de Confirmaciones que ofició en la Santa Iglesia Catedral.
—Dios nos ama y por ese amor nos creó y por amor nos salvó; por eso Jesucristo vino a salvarnos, por amor a nosotros, por amor a toda la creación, y el Espíritu Santo, que es el que une con amor al Padre y al Hijo, va actuando —como lo prometió Jesucristo— en el día a día de nuestra vida, de tal modo que este misterio que tenemos nosotros que seguirle llamando misterio de la Santísima Trinidad, es el primero que nosotros aprendimos cuando íbamos al catecismo de niños y nos hacían repetir los catequistas y también las monjitas que dan su catecismo ¿Cuántos dioses hay? Y respondíamos: un solo Dios ¿Cuántas personas hay en Dios? Tres personas ¿Y cuáles son esas personas? El padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son tres personas iguales en dignidad, pero con distinción.
—Nosotros aprendimos del catecismo, que el misterio de la Santísima Trinidad se nos ha revelado porque Jesucristo nos lo ha querido revelar en el texto de este domingo con toda claridad y habla del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo son lo mismo y es nuestro Dios.
Qué bueno que Jesucristo nos haya revelado que hay un solo Dios verdadero que tiene tres personas, porque eso tiene un impacto directo en nuestra vida; hoy hemos escuchado en el salmo responsorial que Él nos ha creado poco inferior a los ángeles, nos rodeó de gloria y dignidad, venimos de este Dios que tiene tres personas que es comunidad.
—¿Cómo podemos vivir de manera individual, aislados, sin interesarnos de los demás, si contemplamos, aceptamos, creemos y profesamos que venimos de este Dios, al que todos los domingos le decimos: “Creo en el Padre, en el Hijo y el Espíritu Santo”? Ese Dios que es comunidad y nos ha rodeado de gloria y dignidad; nuestra vida aislada de los demás no tiene sentido porque venimos de ese Dios que es comunidad, que es familia, que es relación y el hecho de ser creados, es porque Él se interesó por nosotros y nos ofrece la salvación para que vayamos a vivir la comunión de los santos; estamos llamados a una vida de comunión, y este es el impacto que tiene celebrar a la Santísima Trinidad y dedicarle este domingo para contemplar este misterio, no para explicar en realidad cómo es que es un solo Dios y tres personas, sino para meditar, contemplar y aceptar y vivir las consecuencias de ese Dios amoroso que nos ha creado y nos ha dado una vida y que directamente nos dice no pueden vivir aislados, solitarios, sin interesarse por los demás, y por eso pedimos a la Santísima Trinidad que nos vaya recordando eso de manera permanente en nuestra vida y sobre todo que lo vayamos aceptando en el corazón, porque uno de los pecados de este tiempo que estamos viviendo es el individualismo, es la insensibilidad, es el no importarnos los demás, el no valorar a la familia y eso es individualismo.
Pocos se casan por la iglesia
El prelado dijo que de un análisis de unos 500 niños que llevaron a bautizar el año pasado, casi 200 papás y mamás vivían en unión libre, 100 casados por el Registro Civil y de todos ellos, sólo 70 parejas estaban casadas por la iglesia.
—Esto quiere decir que sí viven juntos, que sí se casan por el registro, pero si no funciona, se separan y regresan al individualismo y a vivir su propia vida y no se vuelve a interesas en formar una nueva familia; la Sagrada Familia, nos dijo San Juan Pablo Segundo, es la santísima trinidad de la tierra, así habló de la sagrada familia y cuando la celebramos después de navidad, le damos gracias a Dios porque nos dejó un modelo cercano a nosotros para saber cómo vivir como familia. Pero hoy tristemente muchos no se interesan por seguir ese modelo de la familia y, por lo tanto, no se interesan en seguir flexionando sobre este Dios que es uno y trino y por lo mismo sigue prevaleciendo, aunque vivan con otra persona, su individualismo y la manera de tomar las cosas; es su opinión, si no funciona, me separo, me busco otra persona.
—Dios es eterno, como se dijo la primera lectura; por lo tanto estamos llamados a la eternidad y la familia está hecha para ayudarnos mutuamente y alcanzar la eternidad. Por eso tenemos que pedirle a la sagrada familia de Nazaret que nos siga recordando este gran misterio para vivirlo cotidianamente en nuestra propia casa, en nuestro propio hogar, en nuestras propias familias.
Deseo que estos jóvenes que van a recibir la confirmación, me imagino está en su proyecto el matrimonio por la iglesia, pedirles que verdaderamente crean en este Dios uno y trino, que cuando se casen van hacer algo extraordinario y por la gracia de Dios sean felices aquí en la tierra con la idea de familia humana, concluyó.
(Víctor Lara Martínez)