Campeche

Mirar nuestra fe para ser mejores discípulos

CAMPECHE, Cam., 2 de septiembre.- “El mes de septiembre nos invita a recomenzar después de un tiempo de descanso, hoy comenzamos a leer la Carta de Santiago que nos invita a mirar nuestra vida de fe para ser mejores discípulos, la mejor guía para crecer en la fe y ser buenos cristianos siempre es la Palabra de Dios, es por ello que debemos confiar y creer en el señor”, recalcó el Obispo de Campeche, José Francisco González González.

En la primera lectura se nos habla de la grandeza de los mandamientos de Dios, el cual tuvo una historia muy movida, ya que parece que estuvo escondido en el Templo de Jerusalén por miedo a las actitudes anti proféticas de algún Rey de Judá. La lectura nos invita a no avergonzarnos de los mandamientos cuando en ellos se expresa su voluntad salvífica y nos acercan al Señor y cuando las cosas se piden de corazón, se conceden, indicó.

En la segunda lectura a Santiago, el patriarca afirmó que se habla de dones que Dios nos enseña, pues hizo una comparación con los astros del cielo que se eclipsan en momentos determinados, lo cual es un texto lleno de claves sapienciales en la mejor tradición de la teología judía, en la cual Dios ha querido darnos los dones verdaderos y es necesario poder entenderlos y no confiar en charlatanes.

González González durante la homilía hizo énfasis en el lavado de manos, pues la Palabra del Señor nos ayuda a discernir que por encima de las costumbres humanas las cuales están los Mandamientos, sin embargo aseguró que con el paso del tiempo es fácil que distorsionemos los consejos evangélicos y, dándonos o no cuenta, sustituimos los Mandamientos o bien los ahogamos con una exagerada meticulosidad.

Es por ello que cada quien es responsable de sus propios actos y en la actualidad existen diversas anomalías que han alejado al cristiano de la mano de Dios. Recordó que en la lectura pasada todos han criticado a la Iglesia, lo que nos aleja y hace que perdamos la fe al confiar en falsas palabras y no saber encomendarnos en la palabra del Señor.

(José Salazar)