La venta de masa, el principal insumo para la elaboración de los tamales y pibipollos han descendido de forma considerable, en comparación de hace seis años cuando los molineros vendían hasta dos toneladas de este producto, hoy día para esta fecha sólo registraron ventas entre 800 kilos a una tonelada; el cual se le puede atribuir a la falta de circulante, así a como a la pérdida de costumbres y tradiciones, señaló Manuel Jesús Maldonado Pérez, propietario de una tortillería.
Indicó que en los últimos años se ha estado perdiendo la tradición de que las familias estén en sus hogares o panteones para esta temporada cumpliendo a sus seres queridos ya fallecidos con los tradicionales rezos, llevando a los camposantos las ofrendas como flores, veladoras e incluso alimentos para convivir con los fieles difuntos.
Añadió que para estas fechas hace diez años el mercado en el área de cocina se encontraba vacío, pero hoy en día, la gente sale y se va al mercado a consumir alimentos, desde allí se ve que se está perdiendo la tradición; además otra de las situaciones que afecta para continuar con las tradiciones, es el costo de los insumos para la elaboración de los tamales y pibipollos, eso se refleja en los comercios.
Explicó que en años anteriores las personas iban a las tortillerías (molinos de masa), compraban entre 20 a 50 kilos de masa para elaborar los tamales y pibipollos, por ello, los molineros vendían para esta fecha hasta dos toneladas de masa; actualmente las personas compraron entre dos hasta diez kilos de masa y muy raro la persona que compró 20 kilos, pues el dinero ya no tiene el mismo valor que en años anteriores, existe pérdida de costumbres ante la situación económica.
Crisis todavía afecta
“En parte la carestía hace que las costumbres se pierdan, aun así hay gente que acudió al mercado para consumir alimentos elaborados como cualquier día normal, por eso siento que hay pérdida de costumbres, esto es lamentable, porque debemos seguir preservando nuestras tradiciones que son parte de la cultura”, manifestó el informante.
Cabe señalar que en el área de cocina del Mercado Principal se vio la presencia de diversas familias que acudieron para degustar de los alimentos, como la cochinita, el relleno negro, entre otros; situación que no se veía en años anteriores. Era común que para esta fecha las familias estuvieran en los hogares haciendo rezo en memoria de los familiares fallecidos, mientras que otras acudían a los panteones para convivir con sus fieles difuntos llevándoles algunas ofrendas, lamentablemente poco a poco la tradición se va perdiendo, tal vez por la situación económica, o porque algunos ya no creen en estas costumbres ancestrales.
(Texto y fotos: Fernando Kantún)