Campeche

La Navidad más triste de su vida

Este año, Guadalupe Pérez Sarricolea, de 70 años, será su primera vez que pase las fiestas decembrinas sin su esposo, Daniel Serón Ríos, quien fuera locatario por más de 20 años y que le dejó encomendado su puesto en el Mercado Público Alonso Felipe de Andrade.

“Me volví locataria hace 2 meses, a raíz de que falleció mi esposo hace cuatro, su giro comercial era de blancos y ropa, fue locatario por más de 20 años, estuvo desde el mercado viejo, y yo, aunque nunca he sido locataria, lo ayudaba en el puesto, pero como ya no está, me toca a mí sacar adelante lo que dejó”, declaró.

Con lágrimas en los ojos, Guadalupe Pérez relató que este será el año más triste de su vida, pues vio partir a su gran amor y no tiene motivos para celebrar; sin embargo, se siente agradecida por poder convivir con su hija y sus nietos, quienes le aportan alegría en el hogar durante la temporada, pese a los momentos difíciles que vive.

“Está en un lugar mejor”

“Afortunadamente tengo contacto con mi hija y tengo tres nietos, pero estos tiempos han sido muy duros a partir de que falleció mi esposo, tantos años de casados, cumplimos 33, y ahora no está, es muy triste, pero trato de mantenerme tranquila, porque sé que está en un lugar mejor”, comentó.

Mencionó que aunque todavía se siente de luto, acude a casa de sus familiares más cercanos para esta temporada, y en sus planes está seguir conviviendo y recordando los buenos momentos de su vida.

“Ahora que estoy como locataria, sí lo siento muy duro, porque no hay ventas, sale muy poquito, y pues ya No está mi esposo, él era quien viajaba para traer mercancía y tener surtido el puesto, pero como yo no puedo viajar saco lo que él dejó, aunque consigo mercancía que me traen y tener un poquito más, busco la forma de seguir”, puntualizó.

Comentó que toda su vida ha transcurrido en Carmen, ha visto las altas y bajas de la ciudad, pero ahora es más crítica la situación ya que la economía se basa principalmente en el petróleo y las personas que no son petroleras son las que más padecen por estas situaciones.

“El motor de mi vida es mi hija y mis nietos, aunque ya es más sencillo poder subsistir, aún así, esperamos la situación económica mejore. Yo seguiré en el puesto lo que Dios me preste de vida, y a seguir pasando las festividades que vengan con mis niños; ya para mí todos los días son iguales, pero aquí estamos y deseo de corazón que todos utilicen estas fechas para reflexionar, para dar amor, aprovechar el máximo a sus seres queridos, porque el tiempo vuela, y debemos encontrar la paz”, concluyó.

(Texto: Dayana Alcalá / Fotos: Irene Barradas)