DZIBALCHE, Cam., 5 de diciembre.– Iniciaron las novenas en honor a la Virgen de Guadalupe en el barrio del mismo nombre, en el que los vecinos acudieron a la primera eucaristía que ofició el presbítero José Luis Yeh Ehuán la noche del miércoles.
Durante homilía el sacerdote manifestó: “Inicia la fiesta más grande de los mexicanos y la verdad saber que tenemos en el cielo una mamá que nos quiere, una mamá que da su vida por nosotros, también asi como Jesús murió en la cruz, ella también se desvive por nosotros ante Jesús, si Jesús padeció en la cruz, ella sufrió al ver a su hijo sufrir tanto, qué mamá no sufre al ver a su hijo en el sufrimiento, dicen que es más difícil enterrar a un hijo, que a un papá.
“La Santísima Virgen vio sufrir a su hijo y tan pronto le entregan a su hijo ya muerto en su regazo, imagínense al niño que arrulló y de pronto a sus 33 años ya no lo va arrullar, sino que va tener al hijo muerto y la Virgen María da su vida por nosotros y en medio de una manera muy especial vino a alimentar nuestra vida, nuestra vida de fe, a veces pensamos que la vida se llena de forma humana engorda, hoy la palabra de Dios nos hace pensar en ese doble alimento.
“Jesús estaba predicando en un lugar despoblado, en un monte había mucha gente hacia tres días sin nada que comer… ‘Si los mando a sus casas se van a desmayar’, estaba pensando Jesús en ese alimento material, el que engorda nuestra formas y estaba pensando Jesús en el alimento que les había dado a través de la fe, a través de la predicación, esa gente seguía a Jesús, porque iba descubriendo en ese predicador, había algo muy especial, diferente a los demás, ese predicador llamado Jesús, quiere decir El Salvador, es el hijo de Dios.
“Hay que saber compartir y darle como dijo Jesús, la multiplicación de los siete panes y al término sobraron en siete canastas, Jesús es el pan que nutre el alma y quien nos trajo el Evangelio María es Santa María de Guadalupe, los mexicanos estamos contentos a pesar de la situación económica que vive el país le hacemos fiesta, no está en lo que vas a dar, sino la sinceridad del corazón, ese cariño, esa gratitud que nace de tu corazón”, expuso el sacerdote.
Al término de la homilía se repartieron ricos bocadillos y dulces entre los vecinos e invitados.
(Néstor Cuevas)