Eudaldo Chávez Molina
¡Crónicas del T`nab!
Campeche, Patrimonio Cultural de la Humanidad, fue sede del Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas. Durante varios días se convirtió en la Capital Nacional de la Crónica y anfitrión de personajes destacados que registran el pulso de la historia en sus pueblos de origen. Este Congreso Nacional permitió poner bajo la luz a los Cronistas Campechanos, cuya labor de registro de los hechos relevantes de sus municipios de origen, lo realizamos bajo nuestra estricta responsabilidad, y en casos excepcionales con alguna migaja de las instancias de gobierno, eso cuando se tiene la relación política o lazos familiares, que no es mi caso.
Un evento trascendente que nos dio la oportunidad de abordar el noble ejercicio de los fedatarios históricos de los Estados del país, y dar a conocer entre los cronistas de cada Entidad Federativa, la enorme riqueza arquitectónica, arqueológica, cultural e histórica de la evolución de nuestra legendaria Ah-Kim-Pech y de sus municipios, como la prehispánica T’nab.
La inauguración del Congreso Nacional fue presidida por Carlos Cosgaya Medina, Presidente de la ANACCIM, el anfitrión fue, José Manuel Alcocer Bernés, Cronista de San Francisco de Campeche, por méritos propios y derecho de antigüedad, a la vez, vicepresidente de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, Director del Archivo General del Estado y presidente de la Asociación de Cronistas de Ciudades Campechanas.
En representación del Gobernador Alejandro Moreno Cárdenas estuvo el Secretario de Cultura Delio Carrillo Pérez. Así arrancó el Tercer Encuentro Nacional de la Crónica en el marco del V Centenario del descubrimiento de AH-Kim-Pech, Congreso Nacional que se realizó del 16 al 19 de julio de 2019. A este Congreso Nacional Cronistas de Campeche, unos apoyados por sus respectivos ayuntamientos, otros se costearon como siempre del dinero de su propio peculio. Nunca en toda la historia del quehacer cronical, se ha tenido el apoyo como debe ser, del Gobierno del Estado. La cultura de este tipo no es negocio, negocio es la cultura oficialoide como los bailes del malecón, los de proselitismo político, y hasta los eventos simuladores de cultura, pero que no es más que actos con tintes políticos para tratar de rescatar la confianza ciudadana a favor del extinto partido oficial.
El acto protocolario de inauguración tuvo como sede el Centro Internacional de Convenciones Siglo XXI, enclavado en la bahía campechana, frente a un mar apacible que cautivó y emocionó a los 124 Cronistas de la República Mexicana que asistieron al XLII Congreso Nacional, admirados por la herencia cultural que encierra el recinto amurallado, joya de la arquitectura militar.
Las sedes alternas como Calkiní y Hecelchakán, privilegiados por la visita de tan distinguidos huéspedes a Bécal para admirar la elaboración de los sombreros de jipi en las cuevas y Pomuch con el ritual de la sagrada limpieza de los huesos, permitió diversificar las mesas de trabajo que se instalaron; asimismo, les dio oportunidad de conocer la ruta de la cultura, de las artesanías y de las costumbres tradicionales de esta región, cuyas comarcas prehispánicas como T’nab, Xequelchakán, y Calkín, entre otras, fueron también paso de las peregrinaciones e invasiones durante la conquista de la Península del Mayab.
La participación de los Cronistas de Ciudades Mexicanas los convirtió en los mejores difusores de la riqueza cultural de nuestro Estado, tal vez sea la mejor promoción que reciba Campeche en los días por venir, quizás también sea la más efectiva en contraste a lo que corresponde realizar a la Secretaría de Turismo.
Cada Cronista se llevó una información recopilada en forma directa, una impresión visual de la grandiosa herencia cultural de los mayas. Y es que en la ciudad de San Francisco de Campeche la historia se vive y se recrea en cada esquina, en cada calle, en cada casa campechana, en sus mujeres, en su folclor, que en su conjunto es la esencia de nuestra ancestral campechanía.
Ese bagaje cultural que nos llena de orgullo, y que en una etapa de la historia asaltaron los piratas junto con las maderas preciosas como el palo de tinte, sobrevive aún en esta ciudad museo, que bien merece retomar la reconstrucción de sus legendarias casas coloniales y que ya no se permita más su destrucción.
El Centro Histórico de Campeche, todavía conserva el olor salobre de la brisa marina, el aroma del pescado frito y su pan de cazón. Aunque en menor escala que antaño, Campeche tiene aún el sabor de la provincia, la magia de sus atardeceres y la calidez de los campechanos, pese a la crisis económica y a la decadencia de la moralidad.
Por encima del saqueo sexenal y la impunidad, vive aún el Campeche de ayer, el Campeche de los pregones, el Campeche del mar apacible en cuyo espejo de agua se desmaya el arco iris en una explosión de colores que incendian las puestas de sol, único en el mundo por los matices que se diluyen entre la espuma del mar y el olor a pámpano fresco.
Es el mismo Campeche enclaustrada en el tiempo, la “Ciudad Amurallada” que compartimos con los compañeros Cronistas de Ciudades Mexicanas, los escribanos de la vida cotidiana que se llevaron en el corazón el don de nuestra campechanía, y dejaron entre nosotros una parte del suyo como prenda de corresponsabilidad histórica.
Días del Congreso Nacional, días en que se entrelazaron las historias de origen de cada pueblo, y reforzamos el compromiso moral de registrar sin componendas ni adjetivos a modo, la historia de cada día desde nuestra trinchera, con lealtad, responsabilidad, con entrega y pasión sin límites, más que la libertad con palabras de alto vuelo.
El Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas vino a retroalimentar nuestro orgullo por el bagaje cultural que hemos heredado de nuestras raíces primigenias. A veces de tanto mirar nuestro entorno citadino, no vemos más allá de las murallas.
Hay que destacar a la vez, que este Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, sirvió al mismo tiempo, para recordar que, pese a las injusticias sexenales, todavía existen los Cronistas de Ciudades Campechanas, escribiendo la evolución histórica de cada pueblo. Muchas veces caminamos sobre nuestras propias persecuciones, y registramos también las injusticias que nos agravian.
Hemos concluido una etapa más de nuestra aportación a las nuevas generaciones, ahí queda sobre la mesa de trabajo, la propuesta de promoción a otro nivel del fenómeno arqueo astronómico de la ciudad maya de Kankí. En el santuario de Kin-Ich-Ahau las deidades del ritual sagrado de fertilización de la tierra, deben de estar contentos en su peregrinación por el sacbeh que conduce a la plaza del sol, ahí donde Kin agoniza en cada tarde y resucita en cada amanecer.
Y es que por donde se mire al Campeche que antaño fue el botín de los piratas, se podrá ver con toda intensidad el verdadero legado patrimonial de la historia, que le valió a Campeche el honroso título de Patrimonio Cultural de la Humanidad, que otorga la UNESCO. ¡Este es Campeche señores!