El salir implica una odisea para las personas con discapacidad, ya que las calles de la ciudad no están preparadas para las sillas de ruedas, ya que hay pocas rampas, algunas obstruidas y las banquetas en malas condiciones, señaló José Guadalupe del Carmen Díaz.
Con lágrimas en los ojos, narró que todos los días el señor José Guadalupe sale a pedir caridad afuera del edificio de PEMEX debido a la falta de empleo, desafiando riesgos en la ciudad, en su silla de ruedas.
“Diario tengo que venir al edificio de PEMEX por esta calle, todos los días salgo de mi casa a las 6:00 de la mañana para llegar a las 7:00 y me retiro a las 11:00 de la mañana, pero vengo luchando con la silla”, mencionó.
Asimismo, aseguró que faltan más concientización, pues las personas que no tienen alguna discapacidad motriz o las autoridades no entienden la problemática que todos los días sufren los discapacitados.
El ciudadano mencionó que la ciudad está llena de banquetas rotas, rampas obstruidas o mal planeadas, así como cajones para discapacitados utilizados por conductores que no tienen alguna discapacidad.
“Yo pido limosna y es difícil la situación, ahorita la gente ya no ayuda, dicen que la crisis está mal, que no hay dinero, yo tengo mis dos hijas, ya están grandes pero no me ayudan, he pedido ayuda al Gobierno para discapacitados, desde el mes de diciembre me apunté y hasta ahora no ha llegado la ayuda”.
Mencionó que trabajó en Teléfonos de México pero debido a problemas familiares se vio en la necesidad de renunciar, actualmente no hay oportunidades de empleo para las personas con discapacidad.
“No nos quieren contratar y si acaso lo hacen sólo nos quieren pagar una miseria de 100 pesos, yo sé hacer piñatas, tuve un negocio de dulces, pero debido a mi diabetes me amputaron la pierna, he realizado nuevamente piñatas pero es difícil la venta de piñatas”, finalizó.
(Texto: Irene Barradas / Foto: Ignacio Morales)