HOPELCHEN, Cam., 10 de abril.- A puertas cerradas en la iglesia de San Antonio de Padua, el párroco Heliodoro Gijón Estrada celebró la ceremonia del Rosario del Pésame y el Santo Entierro, donde procedió a realizar el acto de contrición, y oró por la situación que atraviesa el mundo entero por la pandemia del COVID-19.
“Señor mío Jesucristo, por tu agonía santa y por la oración en la cual rogaste por nosotros, te pido por la salud de la población mundial”, dijo ante pocos asistentes al acto, que fue transmitido por las plataformas digitales y el Facebook, para evitar aglomeraciones de fieles, principalmente los de la tercera edad, hipertensos y diabéticos, quienes son los más vulnerables a contraer el Coronavirus o COVID-19.
El párroco, vestido con túnica roja, prescribió la viva imagen de Jesús, al momento de su crucifixión, esto fue poco antes del mediodía, más tarde se dio la celebración de las Siete Palabras y posteriormente la Marcha del Silencio.
Por vez primera no se dio la gran congregación de fieles, aunque muchas personas de la tercera edad que tenían la intención de asistir, al final cumplieron con el “quédate en casa”, poniendo toda su fe en Jesús de que nada pueda pasar si confían en Él.
El presbítero dijo que la Iglesia en Hopelchén y en las juntas municipales se vistieron de luto en memoria de Jesucristo, quien fue crucificado y narró todo lo relacionado con el Santo Rosario, el sudario de Jesús y como se consuela a María Madre de Dios.
Gijón Estrada fue claro al señalar el motivo por el que las actividades de Semana Santa se estaban celebrando a puertas cerradas. “Es para cumplir con los ordenamientos sanitarios y preventivos de las autoridades de Salud, la sana distancia y el distanciamiento social.
Rogó para que todo salga bien y el próximo año esta pandemia se recuerde como una historia que nos hizo reflexionar de quiénes somos y lo que queremos en esta vida.
Viacrucis
Las 14 estaciones del Viacrucis fueron enmarcadas por los pasajes de las Sagradas Escrituras y los cantos que hicieron alusión al martirio que sufrió el Hijo de Dios en su camino a la cruz.
La jornada continuó horas más tarde con el mensaje de las Siete Palabras, en donde se da cuenta del sacrificio de Dios al mandar a su Hijo a morir por nosotros, ya que su sangre preciosa fue derramada para redimirnos en nuestros pecados.
Durante la misa del Viacrucis se narró paso a paso la vía dolorosa de Jesús hasta morir en la cruz. Previamente, la tarde-noche del jueves se celebró la misa en donde una vez más se recordó los momentos en que Jesús convivió con sus discípulos en la santa cena y en donde dejó mensaje de comunión y de amor al prójimo, al hacer la reflexión de que el pan era su cuerpo y el vino su sangre.
De acuerdo a las Sagradas Escrituras, siendo Cristo conocedor de su destino, realizó con sus discípulos un acto de humildad que hasta hoy se emplea en las iglesias católicas, como es el lavatorio de pies; sin embargo, en esta ocasión este acto no se llevó a cabo, lo que sí ocurrió fue la exposición del Santísimo que se realiza cada jueves en esta parroquia.
El sacerdote Gijón Estrada también recordó que en Jueves Santo se instituyó la eucaristía y el sacerdocio ministerial. Invitó a los feligreses a seguir las transmisiones por las redes sociales, exhortándolos a no salir de casa en lo que dura la contingencia sanitaria por el Coronavirus.
Durante la misa del Viacrucis, en la lectura de la séptima estación, la cual cita que Jesús cae por segunda vez, Gijón Estrada hizo una reflexión sobre la contingencia sanitaria que estamos viviendo por estos momentos y dijo que “Jesús, hoy te reflejas en el cansancio y en el dolor de tus caídas. En el trabajo del personal de limpieza de los hospitales que día y noche están atentos por brindar su mejor servicio para contribuir al cuidado de los enfermos. Te pedimos que tu divina providencia no desampares sus hogares y que todo su trabajo sea compensado con los médicos de tu cruz”.
(Jorge Amado Caamal Ek / Jorge Alberto Uc Moreno).