Cultura

#EleNao, artistas contra Bolsonaro

Pedro de la Hoz

Detrás del Gato de Cheshire de la deslumbrante Alicia en el País de las Maravillas, de Tim Burton, está la voz de Stephen Fry. Encarna a Mycroft, el hermano del detective, en Sherlock Holmes, juego de sombras, junto a Robert Downey Jr., y aparece en la popular saga cinematográfica El Hobbit. Stephen Fry no solamente es uno de los actores más celebrados del cine británico; destaca además por su activismo contra la homofobia.

En esa ruta, Fry, que viajó por medio mundo para reflejar en la serie documental Out there lo que unos y otros pensaban de las idas y vueltas de la orientación sexual humana, llegó a Brasil en 2013 y entrevistó a Jair Bolsonaro. Al recordar aquel encuentro, lo calificó como “uno de los más siniestros que sostuve durante el rodaje” y ante la perspectiva real de que Bolsonaro acceda a la jefatura del estado, pronosticó: “Habrá más cabezas quebradas que levantadas, más sangre derramada, más muertes, más infelicidad, menos aceptación, más gente llorando”.

Directora y actriz, conocida por su papel protagónico en la película Juno: crecer, correr y tropezar, la canadiense Ellen Page también entrevistó a Bolsonaro para la serie documental Gaycation en 2015. Durante la presentación del material observó: “Bolsonaro es un político con gran poder e influencia y es devastador saber que una persona como esa tenga tanto desdén por la comunidad gay. Por estos días, poco antes de la primera vuelta de los comicios, remarcó: “Es peligroso, homofóbico, racista y misógino”.

¿Qué hace de Bolsonaro blanco de dardos lanzados desde fuera de las fronteras de Brasil? ¿Cómo explicar el terremoto mediático originado hace apenas unos días en un multitudinario concierto de rock, en Sao Paulo, cuando la estrella del género, Roger Waters, exintegrante de Pink Floyd, se sumó a la campaña contra el candidato presidencial y lo incluyó, junto a Donald Trump, el húngaro Viktor Orbán y la francesa Marine Le Pen, entre los especímenes más notorios de la ola neofascista? ¿Por qué lo repudian famosos como las norteamericanas Madonna y Cher, y la cantante británica Dua Lipa?

No es difícil reaccionar ante las siguientes frases dichas por el candidato, pronunciadas en diversos momentos de su carrera política y de las cuales existen evidencias de haberlas expresado con plena conciencia y sin el menor asomo de arrepentimiento: “El error de la dictadura fue torturar, no matar”. “No emplearía a hombres y mujeres con el mismo salario, a pesar de que hay mucha mujer competente”. “Prefiero que un hijo mío muera en un accidente a que ande con un bigotudo por ahí”. “Si veo a dos hombres besándose, les pego”.

No hay que olvidar tampoco su intervención contra la exposición itinerante Queermuseu: Cartografias da Diferença na Arte Brasileira, cuando se exhibió en 2017 en el Centro Cultural del Banco Santander, en Porto Alegre. El lobby político pro-Bolsonaro la tildó de “apología de la pederastia, la zoofilia, la pornografía y la blasfemia”, aunque las imágenes distaran de expresar esas tendencias, y terminaron por forzar la clausura de la muestra dos semanas antes de lo previsto”.

Más 300 artistas e intelectuales brasileños suscribieron un manifiesto, a seis días de la primera vuelta electoral: “Somos diferentes. Tenemos trayectorias personales y públicas variadas. Votamos a personas y partidos diversos. Defendemos causas, ideas y proyectos distintos para nuestro país, muchas veces antagónicos. Pero tenemos en común el compromiso con la democracia. Con la libertad, la convivencia plural y el respeto mutuo. Y creemos en Brasil. Un Brasil formado por todos sus ciudadanos, ético, pacífico, dinámico, libre de intolerancia, preconcepto y discriminación”. Entre los firmantes se hallaban Caetano Veloso, Chico Buarque, Gilberto Gil; el cineasta Walter Salles y la actriz Sonia Braga. En las redes sociales, esto y otros muchos pronunciamientos se agrupan bajo la etiqueta #EleNao (Él No), en alusión a Bolsonaro.

Tras el triunfo en la ronda inicial, una de las más jóvenes promesas del cine brasileño, Fellipe Barbosa, en ocasión del estreno en París de su tercer largometraje de ficción, Domingo, declaró: “Sentimos miedo, porque Bolsonaro nos ve como enemigos de Estado, vagabundos que no hacemos nada y esto nos remite a una época muy oscura”.

¿De qué se alimenta Bolsonaro? Al parecer capitalizó la campaña de satanización mediática y judicial contra el Partido de los Trabajadores que vinculó unilateralmente a esa fuerza política los escándalos de corrupción, la crisis económica que lleva a una parte del electorado a creer en promesas y discursos populistas y, no por último menos importante, el ascenso del neoconservadurismo propiciado por la enorme irradiación en el país de las corrientes fundamentalistas cristianas. Tal conjunción de factores hace parecer a Bolsonaro como un líder antisistema, cuando en realidad vendría a reafirmar lo peor del sistema.

#EleNao es el lema de muchos. ¿Será suficiente?