Cultura

Una formidable mujer: Margarita Díaz Rubio

Conrado Roche Reyes

Llegar a ser una mujer exitosa en este mundo no es tarea fácil, pues se pasan momentos difíciles y duros que hay que saber afrontar. El vivir es una lucha constante, diaria, de esfuerzo, dedicación y muchas cosas más que nos faltaría tiempo para mencionar. Sin embargo, nada es imposible en esta vida, cuando se quiere algo debemos luchar para conseguirlo con firmeza y dedicación.

Existen algunas mujeres que además de sacar adelante a su familia cumplen con un trabajo sin fines de lucro, que se dan íntegras con tal de conseguir sus metas y más.

Tal es el caso de una extraordinaria mujer: Margarita Díaz Rubio, quien día a día he visto todo el esfuerzo que hace por seguir adelante persiguiendo un sueño, un hermoso sueño. Ella es incansable, tenaz y con paciencia ha conseguido consolidar a través de un patronato (Prohispen) iniciar, pulir y consolidar a varios y magníficos artistas. Ella es una persona digna de admiración. No es fácil estar al frente y con tanto éxito promoviendo la cultura en nuestra ciudad. Su espacio es uno de los principales centros para la elevación del espíritu. Generosa. Hija de un padre magnífico, excelente poeta y gran hombre, don José Díaz Bolio, uno de nuestros más preclaros intelectuales, poeta, cantinelista y trovador. Por tal motivo, ella, orgullosa de esto, le ha puesto el nombre de su señor padre a uno de los salones de Prohispen.

He observado cómo todos los días haces el esfuerzo, Margarita. Para mí, eres una persona digna de admiración, tienes la fuerza y el coraje que a muchas personas les falta. Me siento orgulloso de conocer a una mujer así en mi vida. Te felicito.

Es ella, además, una mujer de tan sutil y bella sencillez que desarma, su sonrisa es deslumbrante brillo de arco iris. Y es que no es fácil compaginar el ajetreo de la tarea monumental que realiza, con ese carácter tan jovial y la confianza y gracia con que siempre me ha tratado. Esto es algo que no es muy común en el medio, en donde imperan la envidia y la traición. NO ¡Margarita Díaz es una mujer de una pieza. Leal y comprometida con el arte y con ella misma, no tiene compromisos más que con las anteriores premisas!

Las palabras imposible o desaliento no están en su vocabulario, en él solo hay vocablos como amor, pasión, orgullo, empuje, éxito. Has logrado tus sueños porque hiciste caso omiso a todos aquellos que no tenían fe en ti y te guiaste solo por la fuerza del espíritu. Eres una guerrera del saber cultural que supo darle la batalla a las adversidades y ahora vives intensamente tus éxitos.¡Eres mi ejemplo de vida¡ Te admiro, respeto y siento mucho cariño por tu persona y tus obras.

Durante mi largo camino por la vida, he visto a muchas personas que intentan salir adelante, por conseguir sus sueños, que no decaen ante nada. No sabes cómo me alegra que tus proyectos e intenciones no hayan sido en vano y que sigues en la brega para proporcionarnos a los que admiramos el arte lo mejor de ti. De ti para nosotros. Eso es una muy hermosa y fascinante manera de ser. Dar a los demás el alimento espiritual en forma de arte sin ninguna condición.

Me imagino que muchas veces has derramado lágrimas, te has sentido cansada, pero, a pesar de ello, nunca flaqueaste para conseguir tu sueño. Estoy seguro de que todo lo que tienes es gracias al esfuerzo diario que hiciste para conseguirlo. Eres un ejemplo de mujer. A pesar de los días lluviosos y en los momentos difíciles, siempre mostraste una linda sonrisa.

Nunca antes había conocido a una mujer que se sacrificó muchos años con tal de sacar adelante a su querido Centro Cultural. Finalmente, has alcanzado casi todas tus metas. Eres el ejemplo a seguir de todas las mujeres que necesitan de esa fuerza y energía para vencer sus temores. Te has ganado el derecho de sentirte orgullosa de ti misma por todos tus logros.

He estado en numerosas ocasiones en Prohispen, el Prohispen que ya es parte de la pertenencia de todos los yucatecos, en ocasiones como parte de mi labor, en otras como expositor, y siempre he sentido esa agradable sensación de paz, de amabilidad que se respira en el recinto, y en ocasiones nos hemos reído a carcajadas de algunas cuestiones picarescas o chuscas de este nuestro querido Yucatán.

Para finalizar esta pequeña epístola, te repito: mujeres como tú hay muy pocas. Y te repito, todo lo anteriormente expresado lo he plasmado con muchísimo cariño y respeto.