Por Carlos Francisco Chablé Mendoza
VIVAS NOS QUEREMOS!!!, así titulan su posicionamiento las organizaciones que integran la Red Mujeres que Luchan ante la violencia feminicida en Yucatán. El documento es dirigido a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial del Estado de Yucatán, a las dependencias encargadas de garantizar la protección de la niñez y la vida de las mujeres, también a las organizaciones civiles solidarias con los derechos de las mujeres y, por supuesto, a todo el pueblo yucateco.
El documento se ha difundido ampliamente en las redes sociales e inicia diciendo que ven “con mucha tristeza y enojo que el sistema patriarcal continúa costando la vida de mujeres de todas las edades y geografías ante la indolencia de las autoridades que deberían tomar acciones en contra de la violencia machista que en muchos casos termina en un feminicidio.
”La impunidad que impera en México, la cual es una de las responsables que hoy día tengamos el tejido social tan roto, ha propiciado que el número de feminicidios vaya en aumento, y quienes ocupan puestos de poder no han hecho absolutamente nada para tomar acciones con el objetivo de que las mujeres podamos sentirnos seguras”.
Motivadas por los recientes casos, muy graves, ocurridos en Yucatán recuerdan que en lo que va de 2018 en dicho estado se han registrado once casos de feminicidio y agregan: “esto es de especial preocupación ya que nuestro estado ocupa el vergonzoso quinto lugar nacional en violencia sexual, crimen que muchas veces también queda impune. Para el caso de Yucatán este último mes de agosto de 2018 ha sido especialmente preocupante, ya que en los medios hemos podido observar cómo se han incrementado los casos de feminicidio en nuestro estado”. Así mencionan los lamentables feminicidios de una pequeña de seis años en el poblado de Tadzihú, considerado el más pobre de América Latina, y el caso de una joven de 20 años embarazada quien fue asesinada en Kanasín por su pareja, además hay que recordar que una niña de 11 años fue acuchillada al defenderse de una agresión sexual también en Kanasín.
Antes de continuar estas líneas, manifiesto mi apoyo a la mencionada Red de Mujeres que Luchan y signan el importante y muy necesario pronunciamiento; también señalo que el problema es mundial por ser inherente al capitalismo inhumano que pasa por la peor de sus fases, pues es sin duda depredador, antigénero, antiindígena, antiambiental, antiniñez, antiancianos, anticultural. Pero nos detendremos para comentar lo que sucede ahora en la Península de Yucatán y muy en especial en Yucatán y Quintana Roo.
Así mencionaré que la noche del 23 de agosto se suscitó en la colonia Leona Vicario, de la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, otro hecho grave de violencia que tuvo como consecuencia la muerte de dos mujeres, madre e hija, a manos de quien era novio de la segunda.
La vicefiscalía tiene un primer reporte que refiere a un “posible robo violento” y donde una mujer muere en el lugar y otra lesionada fallece luego de ser trasladada de emergencia al hospital general en Chetumal. El ministerio público inició el caso por delito de homicidio contra quien o quienes resulten responsables.
Ante la indignación ciudadana por el doble homicidio y debido a que el presunto responsable aún sigue prófugo es importante puntualizar que las mujeres sufren acoso, abuso sexual, violencia física y la máxima expresión de violencia: el feminicidio.
En nuestro país se ha contabilizado del 1 de enero de 2016 al 2 de julio de 2018 un total de 3 mil 347 casos de mujeres que fueron víctimas de feminicidio, siendo precisamente 2018 el año en que se ha presentado un pico más alto de estos crímenes.
En 2016 el total de feminicidios fue de 1,600; en 2017 fueron 1,831, y en lo que va de 2018 han sido 1,165 casos, según datos recabados y dados a conocer por la periodista Frida Guerrera Villalvazo.
No es sano ni aceptable para la sociedad quintanarroense, y en especial para la ciudadanía carrilloportense, que, en el caso de las dos mujeres asesinadas recientemente, ocurra lo mismo que en los 3 mil 347 casos de mujeres víctimas de feminicidio en el país, o sea, que para ellas y sus familias solo ha existido revictimización por parte de las y los impartidores de justicia; es decir, se ha caído en prácticas como la de culpabilizar a la víctima, justificar al victimario, encubrir o distorsionar los motivos y circunstancias que desataron la violencia para que no sea catalogado como feminicidio, así como retardar o entorpecer la aplicación de la justicia. Este inaceptable e inapropiado comportamiento de las personas responsables de impartir la justicia es común también en los casos de tentativa de feminicidios o cuando se presenta algún tipo de violencia contra la mujer, sexual, física, psicológica y demás, lo que deja a las mujeres en condiciones de vulnerabilidad ante la violencia machista y, por lo tanto, incrementa la posibilidad de un feminicidio. De esta manera quienes revictimizan a las mujeres que sufren violencia son de hecho cómplices de quienes la ejercen y corresponsables de sus muy graves consecuencias.
Hay que recordar que en Quintana Roo nueve de cada 10 mujeres sufren algún tipo de violencia física, emocional, sexual o económica, y 26.3 por ciento de la población femenil ha sufrido violencia emocional debido al machismo, de acuerdo con el Instituto Quintanarroense de la Mujer (IQM), que añadió en un reporte de 2017 que cada año aumentan los casos ligados al alcohol y las drogas.
En el estado, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay 652 mil 358 mujeres y 26 de cada centena ha sufrido violencia emocional.
En febrero de 2017 el IQM indicó que, como en muchos estados, en Quintana Roo prevalece el machismo y los registros de violencia aumentan cada año: “Yucatán, Campeche y Quintana Roo tienen cifras similares en relación a que de cada 10 mujeres 9 han sufrido algún tipo de violencia”, señaló su titular Silvia Damián López.
Cinco de los 11 municipios concentraban entonces la mayor agresión hacia las mujeres: Benito Juárez (Cancún), Solidaridad (Playa del Carmen), Cozumel, Isla Mujeres y Lázaro Cárdenas, en ese orden, según la solicitud de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres que emitió la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim).
“Las muertes de mujeres en Quintana Roo se caracterizan por ser extremamente brutales, y las investigaciones de las autoridades no se tipifican conforme al delito de feminicidio, siendo que en numerosas ocasiones se cumplen los supuestos establecidos en el artículo 86 bis del Código Penal del estado”, se indica en el documento de la Conavim. Por eso la Secretaría de Gobernación, a través de la Conavim, emitió la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en los municipios mencionados del estado de Quintana Roo, con la finalidad de implementar las medidas necesarias para asegurar el cese de la violencia contra las mujeres tomando en consideración las condiciones culturales, sociales e institucionales que enfrentan para ejercer sus derechos humanos, particularmente, el derecho a una vida libre de violencia y de discriminación en razón del género.
Aunque sabemos que este fenómeno social que indigna a la sociedad fue atendido por las instituciones pertinentes, lo ocurrido en Carrillo Puerto hace unos días muestra con dramática claridad que las acciones gubernamentales no han sido suficientes y, por lo tanto, se corre el riesgo de que la violencia sea más grave cada día. Esta violencia, producto de la sociedad caracterizada por el machismo, se torna más grave por el aumento del consumo de alcohol y drogas, ya que, estas como desinhibidoras de la conducta, la detonan e intensifican. Es vital entones que las autoridades estatales y municipales de Quintana Roo se coordinen y realicen con urgencia acciones interinstitucionales para la aplicación real de una estrategia de prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres.
Las mujeres no son propiedad de nadie y tienen el derecho, marcado por las leyes y los tratados internacionales, de vivir una vida sin violencia ni discriminación, por lo tanto, no podemos quedarnos callados ni mantenernos pasivos ante los hechos mencionados. Porque vivas las queremos, ni una menos. ¡Alto a la violencia machista y a la impunidad!