Cultura

El sueño de Alicia en Italia

Pedro de la Hoz

Camino al centenario de su nacimiento en 2020, Alicia Alonso tiene mucho que enseñar. Bailarines y coreógrafos, aficionados y amantes de la danza clásica, gente que vivió el privilegio de verla danzar y jóvenes que buscan inspiración en una carrera que situó a la cubana entre las más grandes figuras de su especialidad en el siglo XX, se reunieron este octubre en Roma para resaltar un legado vivo e inagotable.

La asociación cultural Grecam fue la responsable de organizar el homenaje. En ese emprendimiento cultural coinciden profesionales de muy diversas disciplinas interesados en estudiar y promover vinculadas a las artes performáticas. La sede romana, en la vía Conte Verde, a pocos metros de la Plaza Vittorio, es desde los años 90 del pasado siglo un centro cultural muy activo.

La velada comenzó con la proyección del documental El despertar de un sueño (2010), del realizador cubano Luis Ernesto Doñas, sobre la reposición de La bella durmiente del bosque, por el Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de la excepcional exponente de la danza clásica.

El filme de Doñas registra el proceso de actualización de la puesta en escena de la obra, llevada a cabo por Alicia en 2010 para su presentación en el Festival Internacional de Ballet de La Habana de ese año.

En 1974 Alicia había rescatado para la compañía, con una versión personal, ese clásico a partir de una revisión de la coreografía original de MariusPetipá. Este se había instalado en San Petersburgo en la segunda mitad del siglo XIX, donde trabajó junto a Jules Perrot y Arthur de Saint-Léon. Al suceder a estos maestros, Petipá inició una era gloriosa no solo para el ballet ruso, sino para el arte del ballet.

La bella durmiente del bosque se estrenó el 15 de enero de 1890 en el teatro Mariinsky de San Petersburgo, y fue el segundo ballet compuesto por Piotr Ilich Chaikovski. Ballet en tres actos, basado en el cuento de Perrault versionado por los hermanos Grimm, forma parte de los ballets clásicos más populares del mundo. Combinando la magia de su argumento con el virtuosismo de la danza, hoy se presenta en los recintos escénicos más importantes del planeta.

Doñas se animó a filmar el documental a propósito de la conmemoración del sexagésimo aniversario del Ballet Nacional de Cuba. A lo largo de 45 minutos explora los procesos de montaje, concepción del diseño e interiorización de los caracteres por parte de los bailarines, bajo la pauta de Alicia.

Licenciado de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte de La Habana, acreedor de premios en reconocimiento a su labor creadora, fue con El despertar de un sueño que Doñas se lanzó en la ruta de la realización fílmica.

En ocasión de su estreno, Pedro Simón, director del Museo Nacional de la Danza y esposo de Alicia, señaló que con una obra de tal naturaleza crecía la filmografía del ballet en Cuba. Sobre La bella durmiente…, en la versión de la gran diva cubana, no es casual, señaló, que figure en el repertorio de las compañías de la Scala de Milán y la Opera de París. Entre los méritos del documental, Simón destacó el hecho de mostrar la praxis artística de Alicia en pleno montaje, una labor constante que ha llevado siempre de la mano con el baile. Interesantes testimonios de esa parte del trabajo coreográfico de la directora del BNC apuntalan la obra. Es que siempre se está replanteando pasos, ideas para los personajes, buscando algo nuevo en el ballet, desde los salones de ensayo, para enriquecerlo y acercarlo al presente.

Doñas contó con la colaboración de Raúl Rodríguez (fotografía), Joanna Montero (montaje), Camilo Ferrera (banda sonora), Ahmed Piñeiro (idea original y asesoría del ballet) y Rubén Carreño (producción).

Además de la proyección del filme, los amigos italianos acogieron la muestra fotográfica Alicia Alonso y el cine cubano, con imágenes de los archivos del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos. Por demás Doñas, junto a la poeta y coreógrafa, también cubana, Laura Domingo, lideró un panel moderado por Catherina Ferrara, con quien sostuvieron un animado diálogo, respaldado por numerosas intervenciones del público, entre quienes se encontraban Ofelia González y Pablo Moré, ex primeras figuras del BNC.

Lamentablemente desde el Viejo Continente no todas son buenas noticias. En Madrid se confirmó el divorcio entre la Universidad Rey Juan Carlos y el Instituto de Danza Alicia Alonso. De acuerdo al diario El País, los alumnos asistieron alucinados a un hecho que les inquieta y preocupa, y en el que se han convertido en la pieza central de una historia en la que son los primeros damnificados. Todo empezó cuando se hizo oficial que el convenio que tenían ambas entidades no se iba a renovar.

Alicia aseguró estar “consternada” ante la decisión del rector de la URJC, Javier Ramos, de concluir su relación y cerrar el instituto que lleva su nombre, único de características privadas adscrito a la universidad. Uno de los vicerrectores del centro dijo que todo el conflicto nace del deseo de “asumir un modelo mercantil”: El arte pierde.