Fernando Muñoz Castillo
III y última
Cuadro 2
Hombrecito aprendiz de Madame Bovary:
si vas a venir a tocar a mi puerta,
deja en el clóset tu moralina pequeño burguesa. La ética convencional oliente a corbata y a mercedes benz:
desinfecta tus nalgas con agua bendita.
Bébete un litro de ron oyendo repetidamente un bolero en la voz de Lucho Gatica.
Si después de esto te queda algo de energía viril, entonces, golpea a mi puerta y te aseguro que me erectaré sólo para ti.
Cuadro 3
Fuera de mis sábanas.
Lárgate de mis pensamientos.
Aléjate de mis sueños.
Deja en paz mi zipper.
No acaricies mi verga
no la ilusiones
con placeres que cumplirás a medias.
Déjame libre para seguir ronroneando
a mi sombra y en mis sueños
a otro cuerpo más caliente que el tuyo...
Te recomiendo que te des una ducha fría.
¡Ya no sueñes conmigo!
Cuadro 4
Adiós, hijo de puta.
Empaca tus sonrisas nerviosas
el sudor en las manos
pónte los calzones
y olvida mi lengua sobre tus nalgas
mis dientes en la nuca
el bufido que explotó en tus oídos.
No trates de recordar lo irrecordable
para armar el rompecabezas.
Desde hace años
tiré a la basura
más de tres piezas claves.
¡Ya....!
Ríndete como guerrero
vencido entre mis brazos
y duerme cobijado por mis alas.
Epílogo
Una pareja de pubertos vestidos con colores claros arrodillados en un reclinatorio dicen al público:
PUBERTA: A los ángeles hay que cuidarlos como cuidamos nuestra alma.
PUBERTO: Los ángeles son nuestra sombra, algo así como el negativo de una fotografía.
PUBERTA: Sensibles y delicados, pueden en un momento transformarse en lo contrario
PUBERTO: No hay que olvidar que son parte del ejército celestial y que están entrenados para luchar, guerrear.
PUBERTA: Y no debemos olvidar que a veces el ejército da golpes de estado.
LOS DOS: Y el estado somos nosotros…Así que:
Angel de mi guarda, dulce compañía, no me abandones ni de noche ni de día…Amén.
(Se oye detrás el sonido del derrumbe y caída de un edificio. Oscuro)