Cultura

Disyuntivas, crítica y pensamiento

Joed Amílcar Peña Alcocer*

I

Las publicaciones independientes en México enfrentan numerosas dificultades para proseguir su marcha, y dos de las más comunes son los escasos recursos para sufragar los gastos de la edición y encontrar espacios para difundir sus líneas editoriales.

En nuestro contexto local las editoriales y revistas independientes existen, la mayoría de ellas son de vocación literaria o periodismo cultural.

Algunas de estas publicaciones son: Letrina, Memorias de nómada o Materia escrita, proyectos que se mantienen gracias a la autogestión, a una amplia red de colaboradores, por fondos públicos para el desarrollo de las artes o por combinación de todos ellos. Cada una, desde su radio de acción, enriquece el panorama para los lectores, brinda espacio a creadores y diversifica la oferta cultural.

II

La oferta de publicaciones independientes sumó un integrante peculiar en el año 2011: Disyuntivas, cuaderno de pensamiento y cultura.

A través de su publicación, se intentó llenar un vacío en la discusión intelectual, letrada y literaria yucateca: América Latina. En una presentación realizada hace unos años, Cristóbal León Campos, editor del cuaderno, lo definió como: “Un espacio para difundir y discutir sin limitaciones, las diferentes posturas que existen en las disciplinas sociales y en las humanidades, esto sin negar la clara posición de sus integrantes a favor del mejoramiento de las condiciones humanas de vida, pues partimos de principios rectores que José Martí expuso en su celebra frase: Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra”.

De ahí podemos concluir algunas cosas. Existe en el cuaderno una clara intención de vernos como parte de América Latina, de una discusión mayor que nos incumbe. Antes que el pensamiento unidireccional se prefiere el debate, el contraste, la divergencia, la crítica. Estos puntos guiaron la elaboración de los tres primeros números: el primero de ellos fue sobre lenguas originarias en México, el segundo sobre el ensayo Nuestra América, de José Martí, y el tercero sobre estudios mesoamericanos. Estos tres números fueron producto del arduo trabajo del equipo de Disyuntivas, que decidió entenderse como un colectivo e integró los dossiers, las secciones de ensayos y literatura.

En esa primera etapa del cuaderno (2011-2015), la Secretaría de la Cultura y las Artes colaboró dictaminando las propuestas del cuaderno, la resolución fue favorable y esta misma institución asumió su publicación.

Ningún camino andado es fácil. Una publicación como Disyuntivas no busca ser académica, pero integra a la academia; no se dedica a las generalidades, pero promueve la divulgación. Aunque no se mencione al viento también ha incomodado y agradado, ha sido criticada y cuestionada, es punto de convergencia, ha ganado un lugar en las pláticas de sus querientes y malquerientes.

Hace un par de semanas, se presentó el cuarto número de Disyuntivas que dedica su sección temática a la educación latinoamericana en el siglo XX, con él se inaugura una segunda etapa caracterizada por una independencia plena: la libertad intelectual ya existía, con este número se obtuvo la independencia económica, el Colectivo asumió los gastos de edición.

Y Disyuntivas es, como publicación y colectivo, un conjunto de singularidades que coinciden en cosas importantes: la crítica como valor básico del pensamiento, la confianza en el mejoramiento humano, la amistad como fuente de aprendizaje a pesar de las diferencias. Por eso permanecemos.

*Integrante del Colectivo Disyuntivas