Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto Mederos

Manuel Castellanos Abreu

Nació en Santiago de Cuba, en el año 1847. Fue poeta y se desempeñó como impresor y periodista. Publicó el libro de poemas costumbristas “Brisas del Guaso”. Junto a su hermano Francisco editó el periódico “La Voz del Guaso”. Posteriormente sacó a la luz “El Nacionalista”. 626 La estrella de Cuba (Las dos banderas) Dulce edén de mis amores, ¡oh, Cuba!, patria querida, linda odalisca dormida sobre una alfombra de flores. ¿Ya tus eternos dolores cesaron, mi Cuba hermosa? No, que tu estrella gloriosa se encuentra triste, eclipsada, por la sombra despiadada de otra estrella poderosa. ¿Quién en el pecho no siente algo así que se levanta como una protesta santa que lanza el alma doliente? ¿Quién no doblega la frente por la vergüenza humillada? ¿No eres la enseña sagrada que en Galope y Coliseo hiciera inmortal Maceo con la punta de su espada? ¿No fue, dime, en tu presencia que en el triunfo o la derrota jurara ardiente el patriota morir por la independencia? ¿Di, qué fatal coincidencia se opone a mirarte ufana aquí en la tierra cubana lucir soberbia, altanera, en tu preciosa bandera como dueña soberana? ¿Será que quiere el destino borrar de tu hermosa historia tantas páginas de gloria que sembraste en tu camino? ¡Ay!, si cobarde y mezquino por desgracia, oh patria mía, la gran fuerza que te guía, cuyo poder tanto alcanza, traicionara tu esperanza, ¿cuál tu porvenir sería? Despierta, ¡oh Cuba!, y encierra tu sentimiento profundo, muéstrate altiva ante el mundo como lo fuiste en la guerra. Ese marasmo que aterra arráncalo de tu pecho, que el Universo es estrecho en este fatal momento para ahogar el sentimiento de tu supremo derecho. Lucha, batalla, que vea el coloso americano que no existe aquí un cubano que independiente no sea. Y si tu bendita idea quiere torcerla altanero, en mi soberbia prefiero, si al fin esclava he de verte, destrucción, miseria y muerte al yugo del extranjero. Patricio Lastra I Hizo del punto cubano un altar en su vida, era un temible rival en cualquier controversia, desajustando los nervios del adversario por su ironía y gracia tan particular. Nació en La Salud, La Habana, el 17 de marzo de 1894. Poco antes de morir escribió junto a Pedro Mantilla los libros “Armonías Naturales” y “Cantos de juventud”. Fue y aún sigue siendo extremadamente popular entre los amantes de la estrofa campesina, y en virtud de su agilidad mental y facilidad de rima lo llamaron “El Rey de los Pensamientos”. Fue director del célebre “Trío Ariguanabo”, que cosechó triunfos y lauros en sus representaciones del bando Lila en La Tropical y otros ámbitos de la poesía criolla. Falleció el 26 de enero de 1966.

627 Contestación (Fragmentos) A mi amigo Pedro Mantilla Me invitas, dulce cantor, a escribir, lo que yo hiciera con gusto, si conociera que tuviera algún valor. Pero soy tan inferior que no podrá mi memoria cubrirme de eterna gloria ni lo que mi numen da lo suficiente será para contarlo la historia. Yo sé que mi voz lanzada al aire sólo será trino que a perderse va en el mundo de la nada. Para quedar sepultada en incógnitas regiones y que serán ilusiones o arrullo desvanecido en aquellos que han oído el eco de mis canciones.

Escribir como el legado que a mis hijos le dejara para que en ellos quedara un recuerdo del pasado. Para no ser olvidado en el seno del hogar que pudo verme gozar, que pudo verme reír, que pudo verme sufrir y pudo verme expirar. ¿Qué escriba un libro? ¡Qué horror! Un libro debe escribir quien en él haga lucir su grandeza de escritor. Que la gloria de su autor inmortalizada sea con el fulgor de una idea trazada en unos renglones que haga sentir ilusiones a todo aquél que los lea.