Cultura

Diálogo

Fernando Muñoz Castillo

II

(BOCETO PARA PULIRSE SOBRE EL ESCENARIO CON UNA ACTRIZ Y UN ACTOR QUE PUEDAN CANTAR A CAPELA)

EL.-Dicen que la sangre es más espesa que el agua. Eso es lo que nos define, nos ciega, nos maldice.

ELLA.-Cuando dos mujeres luchan por un hombre, una de las dos tiene que ser la víctima.

EL.-Cuando un marido sorprende a su mujer con un amante, los mata a los dos. ¿Entendiste?

(Ella canturrea “Si Dios me quita la vida antes a que a ti…”)

EL.- Diluvia.

ELLA.- Se está cayendo el cielo en forma de agua sobre nosotros que hemos olvidado nuestra mutación a peces.

EL.-Estaba casada con Dios, y él no es nada bueno en la cama, ¿verdad Sor Angélica de Miriñaque? Por eso él se suicidó tirándose a las rieles del metro.

ELLA.-Ella se marchitó, no porque lo amara hasta la locura, sino porque ya no tenía a quien odiar.

(El canturrea: “en el jardín deshabitado sin el calor de tu presencia…”)

EL.-De una manera u otra, todos terminamos pagando por nuestros pecados.

Novelas negras de Ken Bruen.

Caer borracho entre cisnes, morirse en el blanco de la noche y de su luz estrellada.

Noches de blanco satín, caminan lentas, brillando suaves en tu pasado que viene, se queda, se larga.

Todo camina sinuoso como una mujer querida que jamás ha de tornar…a la que nunca volverás a besar en las sienes mientras el olor a marisma se vuelve un amasijo en tu olfato.

Nadie debe decir nada de lo que no vio, ni lo que no vivió en aquellos años duros, suaves, amorosos, llenos de sexo y droga, alcohol y risas.

Vomito.

Calles que brillan como pieles de serpientes lumínicas y prehispánicas.

Ese momento suicida no regresará.

Aunque su recuerdo vibre en tu memoria y tus labios dejen escapar un susurro que suena a: noches de blanco satín.

Ella.-Las mujeres podemos derrumbarnos. Lidiar con todos nuestros sentimientos, y seguir con nuestras cosas, como siempre.

Como si nada. Como si todo.

Como mujeres.

A veces quiero escapar de todo. ¡De todo! Sólo por una noche. Aunque sea por una hora.

EL.-¿Qué pasa?

ELLA.-Nada. Soy yo, hablando conmigo sobre mí.

(El canturrea noches de blanco satín. Ella representa un poema de Delmira Agustini.)

ELLA.-Llueve...espera, no te duermas,

Quédate atento a lo que dice el viento

Y a lo que dice el agua que golpea

Con sus dedos menudos en los vidrios.

Espera, no te duermas. Escuchemos

El ritmo de la lluvia.

Apoya entre mis senos

Tu frente taciturna.

Yo sentiré el latir de tus dos sienes,

Palpitantes y tibias,

Tal cual si fueran dos martillos vivos

Que golpearan mi carne.

Continuará.