Deportes

Factor común entre golf y ajedrez

Juan Diego Casanova Medina

El golf y el ajedrez tienen más cosas en común de lo que se piensa. En ambas disciplinas, varias veces centenaria la primera y dos veces milenaria la segunda, prevalece más que nada la precisión.

Y en ambos deportes, que por cierto realizan sendas competencias importantes este fin de semana en Yucatán, no bastan la destreza y habilidad de los participantes. También son claves la buena condición física, la preparación, la concentración y el cálculo, entre otras cosas.

Pero además, hay un factor que suele ser decisivo frente al tablero y sobre el verdoso campo. A más de un golfista y a no pocos guerreros de Caissa, la musa del deporte-ciencia, les sorprenderá oír que igual es muy importante conocer al adversario.

Hace alrededor de un siglo lo dijo el alemán Emmanuel Lasker, el campeón mundial que más tiempo tuvo en sus sienes la corona, nada menos que 27 años. El teutón, a quien el yucateco Carlos Torre Repetto inmortalizó en 1925 con una combinación tan genial que recibió un nombre (El remolino), conocía muy bien a sus contrincantes.

Fue el primero en recurrir a la psicología en la milenaria disciplina, lo que le redituó innumerables victorias en los campeonatos de élite.

En el caso de los golfistas, su mayor rival no es precisamente otro competidor o uno mismo, sino el terreno de juego. Y es ahí donde juega un papel determinante su capacidad de análisis, que suele cultivarse con la práctica sistemática del ajedrez.

Un golfista experimentado analiza incluso desde antes de pisar el Green, pues su vista entrenada prevé con un vistazo las irregularidades del campo, los escollos, altitudes, depresiones, distancias.

“Aunque muchos opinen que el golf se juega contra uno mismo, la verdad es que, primero que nada, jugamos contra la cancha”, sostiene un experto en la columna digital “Hablando de golf”. Su cálculo y su experiencia entran en juego de inmediato.

Todo esto viene a cuento no sólo porque ambos deportes tienen eventos en estos días en Mérida, sino porque, cosas de la casualidad, quien esto escribe se topó ayer por la tarde, en la céntrica Casa del Ajedrez (calle 62 x 63, contra esquina de la Plaza Grande) con un peculiar juego de colección que subraya que en el golf y el juego ciencia prevalece la estrategia.

“Antes ambas actividades tenían otro factor muy común: las practicaba sólo la élite, la gente pudiente”, comenta la encargada de una tienda de artículos ajedrecísticos, Rosa María Ballote Alamilla, señalando hacia el curioso set de ajedrez elaborado con motivos golfísticos y que acababa de colocar en una iluminada vitrina.

“Ahora no puede decirse eso del deporte ciencia, que en Yucatán y en el mundo entero ya es muy popular”, señala la informante, quien agrega que el vistoso juego está hecho de metal, pewter.

Dos guapas jóvenes, Mariely Natali Pisté Aké y Michelle Boizeau Basulto, no resistieron la tentación de admirar de cerca e incluso tocar los singulares trebejos metálicos, que llegaron con otros juegos temáticos como una fabricado para celebrar el aniversario 90 del ratón Miguelito, otro que recrea el enfrentamiento entre Batman y Jocker, uno con personajes de Harry Potter y otros más de Mario Bros. y la Guerra de las Galaxias.

Jugadores de golf, un hombre y una mujer, ocupan las casillas centrales donde van el rey y la dama, respectivamente. Sendos porta-equipos ocupan el lugar de las torres; banderines que señala hoyos hace las veces de caballos; copas que se entregan como premios a los campeones son los alfiles y pelotas de golf, ya preparadas para que el jugador luzca su mejor swing, personifican a los peones, el alma del ajedrez, como decía el inmortal Filidor.

Los ejércitos blanco y negro se desplazan no sobre una vereda verde, sino en vistoso tablero de fina madera de 40 centímetros por lado. Todo un atractivo visual para golfistas y ajedrecistas.