Freddy Ríos
Han pasado 43 años, desde que aquel 2 de octubre de 1976, en un pletórico Sports Arena de Los Angeles, California, un yucateco subió al cuadrilátero en pos de gloria grande, Guty Espadas, desafiaba al campeón mosca de la Asociación Mundial de Boxeo, el panameño Alfonso López Huelva, que marchaba invicto en 25 combates y realizaba la segunda defensa del campeonato que había ganado en Filipinas noqueando al anfitrión Erbito Salavarría el 27 de febrero del mismo año.
Recordar aquella hazaña provoca todavía calambres y escalofríos a boxeanómanos de la vieja guardia y a los nuevos aficionados que tienen la oportunidad de verla. Fue una contienda inolvidable en la que nuestro Guty ascendió al trono contra los pronósticos de los expertos.
Los primeros once episodios fueron ligeramente dominados por el monarca panameño en una pelea que mantuvo al aficionado al borde de la esquizofrenia, incluso, en el séptimo raund, ambos se golpearon hasta después de la campana y los entrenadores tuvieron que intervenir al rescate de sus muchachos.
En el duodécimo raund, el ojo derecho de Gustavo estaba seriamente lastimado, pero dominó el raund desde el comienzo, a los 2 minutos con 33 segundos Guty se apuntó una derecha cortita que depositó grotescamente a López en la lona, el público se levantó, gritó e hizo señas de que ya todo había terminado, el panameño estaba sobre su costado derecho, completamente tendido, el golpe fue contundente, pero el todavía campeón se levantó ayudándose con la segunda cuerda, dio unos brinquitos para demostrar que estaba bien, el referee aplicó la cuenta en una esquina neutral y dio la orden de continuar, el campeón se quedó parado y Guty corrió a buscarlo, casi al término del raund Gustavo lo volvió a prender con la izquierda corta arriba y López cayó de nuevo poniendo una rodilla y ambos puños en la lona, se levantó a la cuenta de seis pero le fallaban las piernas, Guty arremetió y la campana vino en auxilio del centroamericano.
En el décimo tercer capítulo de los quince programados, Guty abrió con volado de derecha y López hizo milagros por no caer, el yucateco lanzó entonces un volado de izquierda que dejó a López de hinojos, el público gritaba, saltaba, se abrazaba, ¡era una locura!, el referee se puso de rodillas junto al todavía campeón y le aplicó el conteo reglamentario, López se levantó a la cuenta de 8 y continuó la heroica resistencia. Guty, decidido, lo castigó con izquierda-derecha-izquierda al rostro y lo volvió a tumbar quedando con ambas rodillas y puños en la lona, la segunda caída del raund fue al minuto con 35 segundos, López se volvió a incorporar lentamente, el referee contó hasta 8 y la pelea se reanudó.
Guty atacó de nuevo y lo apabulló con las dos manos, sabía que con una caída más y aunque el valiente panameño se levante, sería nocaut por regla, el público desfallecía por la emoción al igual que Alfonso López por el castigo, once segundos antes de terminar el episodio, una derecha dibujada al mentón y todo terminó, el bravo panameño cayó sentado para ceder su título al gran boxeador yucateco, en la que fue la mejor pelea de esa época; el referee fue el primero en asistir al ahora excampeón que, herido en lo más profundo del alma, se recostó de espaldas en la lona a recibir la asistencia de su equipo y del servicio médico local.
Gustavo Hernán Espadas Cruz nació en la ciudad de Mérida el 20 de noviembre de 1954 y desde sus inicios en el boxeo demostró su calidad.
Fue campeón amateur de los Guantes de Oro 1970 al noquear al “Tabaquito Kid” el 14 de octubre en la Plaza de Toros Mérida. Ya como profesional, el 8 de diciembre de 1973 ganó, en la misma sede, el campeonato estatal de Yucatán en peso mosca derrotando a Héctor Mendieta.
El 26 de noviembre de 1983 encabezó contra el capitalino Raúl Valdés el programa de inauguración del Polifórum Zamná de Mérida.
Se retiró del boxeo activo el 28 de marzo de 1984 en Bangkok, Tailandia, desafiando al local Payao Poontarat por el título súpermosca del Consejo Mundial de Boxeo.
El 20 de marzo de 2015 ingresó al Salón de la Fama del Deporte Yucateco. El 2 de octubre de 2016, el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán Zaldívar, le entregó en Mérida el cinturón de Campeón Emérito de ese organismo que, por primera vez, se entregó a un excampeón de la Asociación Mundial.
El 20 de junio de 2018 fue exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Mundial en Los Ángeles, California, con su hijo Guty Espadas Espinosa, por ser la primera pareja padre-hijo campeones mundiales en la historia.
Actualmente se desempeña como entrenador de Alto Rendimiento en el Centro Estatal de Box enseñando a las nuevas generaciones lo que bien aprendió y lo convirtió en un inmortal de nuestro deporte.