En siete días ha sido expuesta la realidad del actual Real Madrid, principalmente de su directiva. El equipo blanco, vigente triple campeón de la ‘Orejona’, llevaba casi una década sin caer en octavos de final, desde el 2010. Ahora, y sin la posibilidad de algún título, luego de ser despachado de la Copa del Rey en manos del Barcelona, de la Liga de Campeones de Europa ante el Ajax holandés y de alejarse cada vez más de la escuadra blaugrana en el fútbol ibérico, el equipo merengue se queda con la triste misión de conseguir alguno de los cuatro primeros sitios del campeonato español para asegurar su presencia en la próxima edición de la “Champions”.
Con este último fracaso ante el equipo tulipán, en el cual brillara el gran Hendrik Johannes Cruijff, mejor conocido como Joahn Cruyff, el equipo madridista toca fondo con una de esas derrotas que posiblemente tarde mucho tiempo en olvidarse.
Si bien el Ajax es un equipo muy importante y emblemático de la Liga de Holanda, en este momento no es el líder en la tabla general del campeonato, sin embargo, fue capaz de propinarle un vergonzoso baile con el 4-1 en el Santiago Bernabéu, cancha que se volvió escenario de un auténtico calvario de la última semana merengue.
Aunque, si bien, los jugadores son casi siempre los principales protagonistas tanto de los triunfos como de los fracasos de sus equipos, en esta ocasión se vislumbra uno clave en particular: Florentino Pérez.
El presidente del equipo de la capital española demostró falta de humildad, sobre todo sentido común, a la hora de la toma de decisiones. Primero, poco antes de la Copa del Mundo de Rusia 2018 y después de haber ganado su último título continental ante el Liverpool, deja ir al técnico francés Zinedine Zidane, quien no fue ratificado con el equipo por pedir la salida de Gareth Bale y la permanencia del astro portugués Cristiano Ronaldo.
En ese mismo sentido y casi al mismo tiempo, Cristiano enfrentaba problemas fiscales en España y el presidente madridista no lo apoya, como en caso contrario la directiva del Barcelona sí lo ha hecho con el artillero argentino Lionel Messi, lo que ha dado como resultado que “La Pulga” siga comprometido al máximo con el cuadro catalán.
En este caso Cristiano, al no sentirse apoyado, emigra al fútbol español con la Juventus de Turín. Florentino y su orgullo se impusieron para dejar en el equipo a Bale, un jugador que aunque nadie niega su capacidad y talento, en nada se compara con la trayectoria, el carisma y sobre todo la eficacia del jugador lusitano, eficacia que llevó al equipo merengue este ciclo dorado que parece llegar a su fin. Por otro lado, dando muestra de su orgullo y prepotencia infinitos decide, a días de que la Selección de España debute en la justa mundialista de Rusia, “echar” mano de su técnico Julen Lopetegui, quien venía haciendo un excelente trabajo con la “Roja” tanto que se consideró al equipo español como serio aspirante al título. Florentino lo presenta con bombo y platillo como el nuevo estratega pero ya sin Cristiano Ronaldo y con Gareth Bale y Luka Modric sobrevaluados. La paciencia del directivo no es su principal cualidad y como hiciera con Zidane, también dio las gracias a Lopetegui para dar paso a la llegada de Santiago Solari, quien no es ningún mago, y ante la ausencia de Cristiano Ronaldo, figura fundamental de los triunfos del Real Madrid, no ha podido hacer mucho para la causa de uno de los equipos más importantes del mundo.
Más aún, “El Indiecito” dejó de tomar en cuenta a jugadores como el brasileño Marcelo y al mediocampista Francisco Román Alarcón Suárez, mejor conocido como “Isco”, dos ausencias que, ante la crisis madridista y la grandeza del club, no se explicaron en el fatídico duelo de octavos de final de la Liga de Campeones de Europa ante el Ajax.
Ahora se especula sobre la salida de Solari y la llegada de nuevo de Zidane. ¿Quién entiende a Florentino Pérez? El pastelero a quien el merengue se le deshace de las manos.