Deportes

Polvo de Estrellas

Gabriel Zapata Bello

La lucha libre forma parte de la cultura mexicana, debido a la identificación de las clases populares con esos atletas que representan simbólicamente en el ring un choque entre la justicia y la maldad. Este deporte llegó en 1863 a nuestro país durante la intervención francesa, no precisamente como lo conocemos ahora, sino como una suerte de lucha grecorromana mezclada con el boxeo y otras habilidades conocidas como el pancracio.

El pionero de la lucha libre en nuestro país fue Enrique Ugartechea, un veracruzano nacido en 1881, quien combinó la lucha grecorromana con la lucha olímpica para dar inicio a la actual lucha libre mexicana, que evolucionó mediante llaves a ras de lona y patadas aéreas. Ugartechea era considerado el mejor atleta a principios del siglo XX en nuestro país, inclusive había vencido en la capital mexicana a Romulus, el llamado hombre más fuerte del mundo1.

Dada su fama, Ugartechea fue invitado como juez de lucha olímpica para la Exposición Mundial de San Luis, Missouri, en el marco de los Juegos Olímpicos de 1904. Y aun cuando México no participó en dichos juegos, Ugartechea y otros atletas decidieron asistir, no sin antes recorrer el país previo a embarcarse a San Luis.

Lo cierto es que en febrero de 1904, llegaron a Mérida y fueron contratados para una función que se llamó “Juegos Olímpicos”, y se realizó el viernes 19 del mismo mes en el Circo Teatro Yucateco.

Don Joaquín Lara C., destacado cronista deportivo de antaño, cita que la función inició a las 8:30 p.m., con el siguiente orden del día 2 :

Sinfonía de la Orquesta

Lucha entre Enrique Ugartechea y Enrique Eternod. Presidirán este acto los jóvenes José Dolores Canto y Jacinto Zapata.

Orquesta.

Box entre D. Salvador Esperón, profesor de gimnasia y box en el Colegio Militar y D. Francisco Barrios.

La función se celebró en un improvisado ring, el réferi fue el joven Fernando Ancona y el “time keeper” Don Arturo Gómez. La pelea fue a tres “entradas” habiendo vencido en dos Ugartechea y en una Eternod, por lo que fue declarado vencedor el veracruzano.

Según La Revista de Mérida, ambos luchadores fueron muy aplaudidos luego de haber demostrado su agilidad y su heroica fuerza, por lo que agradaron mucho al auditorio.3 Entre el público se cruzaron algunas apuestas, pero de cantidades cortas y la función terminó a las 10:30 p.m.

A su retorno a la capital de México, Ugartechea fundó un club de lucha y box ubicado en la calle de San Idelfonso, el cual sería el primer gimnasio de lucha libre del país.4 Pasarían varias décadas para que llegara otra función de este deporte a Yucatán, ya que hasta la década de los treinta, Salvador Lutteroth formaría la primera empresa de lucha libre mexicana, que difundiría este deporte en todo el país.

Surgirían despuès los primeros luchadores locales: el Duende, Tawa, Califa, Tony Carrillo, El Dandy, el Angel, Murciélago Gutiérrez, Pinkusky, Chamaco Avila, Rudy Salgado, Luigi Shima, Gold Corona y Dr. Crimen, así como los famosos pancracistas locales de los setenta Carlos García, El Irlandès, Los Espartanos, Bestia Roja y Torbellino Maya, entre otros, que con sus llaves, patadas voladoras y topes hicieron del pancracio un deporte-espectáculo favorito de la afición yucateca.