Carlos Alcaraz dio una nueva demostración de su dominio absoluto en el césped del All England Club al derrotar al estadounidense Taylor Fritz en una semifinal épica que se extendió por cuatro sets y 2 horas y 48 minutos, asegurando su lugar en la tercera final consecutiva de Wimbledon y acercándose al histórico triplete.
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Una victoria que hace historia
El tenista murciano se impuso con parciales de 5-7, 7-5, 6-3 y 7-6(8) en la Centre Court del prestigioso torneo londinense, extendiendo su racha invicta en Wimbledon a 20 partidos consecutivos, superando incluso la mejor marca de Rafael Nadal en este Grand Slam, quien había logrado 19 victorias seguidas entre 2008 y 2010.
La victoria coloca a Alcaraz como el segundo tenista español en la historia en alcanzar tres finales individuales masculinas en Wimbledon, quedando únicamente por detrás de Nadal, quien llegó a cinco finales en el césped británico.
Un inicio demoledor
El encuentro comenzó con Alcaraz estableciendo su autoridad desde el primer juego, quebrando inmediatamente el servicio de Fritz con una combinación de potencia y precisión que caracterizó su juego durante los momentos más decisivos del partido.
El dominio inicial del español se reflejó en estadísticas impresionantes: 100% de efectividad en primeros servicios durante los primeros juegos, incluyendo seis aces que neutralizaron completamente las intenciones ofensivas del estadounidense.
"El cañonero era de El Palmar, no de California", describieron los comentaristas al presenciar cómo Alcaraz superaba al que hasta ese momento había sido considerado uno de los mejores sacadores del torneo.
Las 20 victorias consecutivas de Alcaraz en Wimbledon lo colocan en una posición históricamente privilegiada, aunque aún lejos de los récords absolutos establecidos por Björn Borg y Roger Federer, quienes alcanzaron 41 triunfos seguidos en el césped londinense
La final del domingo enfrentará a Alcaraz contra el ganador del duelo entre Novak Djokovic y Jannik Sinner, prometiendo un encuentro épico que podría consagrar definitivamente al español como el nuevo rey del césped británico.