Internacional

Victoria demócrata y republicana

Por Alfredo García

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El resultado de las esperadas elecciones de medio término coincidió con el pronóstico de los expertos: los demócratas recuperaron la mayoría en la Cámara de Representantes y los republicanos mantuvieron el control en el Senado.

El rechazo hacia la gestión gubernamental del presidente Donald Trump no fue tan alto como el esperado, pero si algo quedó más claro de lo previsto fue que el escenario político norteamericano en los próximos dos años será un gobierno más fraccionado y un conflicto partidista más agudo que en el período anterior.

Las elecciones de mitad de período son tradicionalmente referendos sobre el partido en el gobierno, pero en esta ocasión el presidente Trump se las agenció para que fuera un referendo sobre su persona. Regresando a su estilo de campaña presidencial, Trump volvió a pronunciar discursos de barricada para movilizar a sus bases, con contenido de engaños, insultos y demagogia. Resaltando su carácter chauvinista y xenófobo, el millonario presidente utilizó la dramática caravana de inmigrantes centroamericanos que se dirigen a EU para solicitar asilo, como priorizado argumento para infundir temores al pueblo norteamericano.

Sobre la victoria demócrata, la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, declaró: “Gracias a usted, (Trump) mañana será un nuevo día en EU. Se trata de restablecer los controles y balances de la Constitución para la administración Trump, así como un control sobre los republicanos del Senado”.

En la nueva mayoría de los demócratas en la Cámara Baja, se destacaron las mujeres por la elevada cifra que ocupan, 84 escaños, aunque podrían alcanzar hasta 100. En la contienda electoral fueron registradas 277 candidatas mujeres para el Congreso y las gobernaciones. Trascendió que los demócratas están preparados para impulsar las investigaciones sobre Trump y examinar sus políticas de inmigración, educación y salud. Pero dudan la decisión de iniciar un juicio político, por el impacto que ello tendría en los legisladores que triunfaron en los distritos donde Trump ganó en 2016.

Trump proclamó el resultado de las elecciones, como “tremendo éxito”. Fue incuestionable la ayuda de Trump para el triunfo de los candidatos republicanos en el Senado de Indiana, Misouri, Dakota del Norte, Tennessee y Texas. Los republicanos mantuvieron el control en todo el Sur y en las zonas rurales y urbanas. Sin embargo, los candidatos demócratas impulsados por el creciente rechazo a Trump en zonas suburbanas, en especial mujeres y minorías, obtuvieron victorias en las mismas áreas que dieron el triunfo presidencial a Trump hace 2 años.

Los demócratas también obtuvieron al menos 7 gobernaciones en parte del Medio Oeste, incluso en Kansas, baluarte republicano, donde la demócrata Laura Kelly fue elegida gobernadora. En Wisconsin, el demócrata Tony Evers superó al gobernador republicano Scott Walker, ex precandidato a la presidencia en 2016.

Sin embargo, no puede negarse el triunfo de Trump al retener la mayoría en el Senado, a pesar de su extremista gestión presidencial. El convertirse en principal candidato al Senado, aunque no apareciera en la boleta, Trump se hace acreedor de la masiva reelección de los senadores republicanos y de la victoria de candidatos del círculo más íntimo al presidente.

Sin embargo, en el nuevo Senado convertido ahora en bastión de la ultraderecha, sobresale el moderado ex precandidato presidencial, Mitt Romney, por Utah, quien en 2016 acusó a Trump de ser un “estafador” y un “fraude”; y que los expertos señalan como futuro contrapeso a Trump en el sector moderado republicano, de cara a las elecciones presidenciales de 2020.