BEIRUT, Líbano, 30 de agosto (AFP/AP).- Actores clave en la guerra en Siria mantuvieron conversaciones de último minuto este jueves para intentar evitar un asalto del régimen en la provincia de Idlib, el último gran bastión rebelde, que según la ONU podría provocar una catástrofe humanitaria.
Desde hace días, el régimen de Bashar al Asad reúne refuerzos en los límites de esa región en el noroeste de Siria, en la frontera con Turquía, antes de una posible ofensiva que podría ser la última batalla de envergadura en la guerra que asola Siria desde 2011 y que ya dejó más de 350.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.
Temiendo una ofensiva militar en la región siria de Idlib, ocupada por los rebeldes, el enviado de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, propuso el jueves el desalojo de los civiles refugiados hacia zonas bajo control del gobierno, una medida que podría permitirles regresar a los lugares en Siria de los que huyeron a causa de la guerra civil, que ha durado siete años y medio.
El régimen sirio está resuelto a “liberar todo el territorio” a pesar del riesgo de una “agresión” occidental, aseguró el jueves el canciller de ese país.