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CIUDAD DE PANAMÁ, 26 de enero (Reuters/EFE/AFP/AP).- El Papa Francisco reconoció el sábado que la Iglesia católica se encuentra “herida por su pecado” durante una misa en Panamá, en momentos en que la institución se encuentra sumida en un torrente de escándalos de abusos sexuales.
Francisco habló ante sacerdotes, consagrados y laicos en la catedral de Panamá, país a donde llegó el miércoles, por primera vez, para participar de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un evento trienal que reúne al máximo jerarca de la Iglesia católica con decenas de miles de jóvenes.
“El cansancio de la esperanza nace al constatar una Iglesia herida por su pecado y que tantas veces no ha sabido escuchar tantos gritos en el que se escondía el grito del Maestro: ‘Dios mío, ¿por qué me has abandonado’”, dijo Francisco en la iglesia Santa María la Antigua, patrona de Panamá.
“La fe se desgasta y degenera”, agregó el primer Papa latinoamericano, quien asumió en 2013 con la esperanza de modernizar la Iglesia, cuyos fieles latinoamericanos les están siendo arrebatados por los evangélicos.
El Papa pidió una “renovación” a sus fieles y “calmar y saciar la sed, refrescar sus pasos, recuperar fuerzas para continuar con la misión”.
Francisco también citó en su homilía de la fatiga de algunos religiosos por “las largas horas de trabajo que dejan poco tiempo para comer, descansar y estar en familia” e incluso de las “hasta tóxicas condiciones laborales y afectivas que llevan al agotamiento y agrietan el corazón”.En esta misa para consagrar el altar de la restaurada Santa María Antigua, el Pontífice también se refirió a lo que llamó “el cansancio de la esperanza” para algunos religiosos y que provoca que “no deje avanzar ni mirar hacia adelante. Como si todo se volviera confuso”.
Aseguró que este cansancio “produce no saber cómo reaccionar ante la intensidad y perplejidad de los cambios que como sociedad estamos atravesando” e incluso causa problemas “a la viabilidad misma de la vida religiosa en el mundo de hoy”.
Oír a los viejos y ser líderes
Jóvenes de cinco continentes tuvieron este sábado en un almuerzo y en una charla amena con el Papa en el Seminario Mayor San José, en la capital panameña, donde el Santo Padre mostró su humildad, naturaleza y los llamó a escuchar a los viejos y ser agentes de cambio en el mundo.
Milda Santos Montezuma, representante de los pueblos indígenas, comentó a los periodistas en el centro de prensa de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que estaba agradecida por el momento que vivió en ese encuentro con el Papa.
“Es una alegría y una fortaleza” estar frente al Papa para seguir adelante y mostrarle a los jóvenes que podemos ser agentes de cambios, “tener este acercamiento con el Papa es una gran fortaleza, es un momento de alegría para mí y para mi pueblo”, expresó la chica ataviada con la ropa indígena tradicional.
“Somos el futuro. Debemos de crear líderes, somos los jóvenes líderes transformacionales. Respetar las raíces, porque un árbol sin raíz es nada”, comentó.
Además de chicos de Estados Unidos, España y la representante indígena panameña, compartieron con Francisco otros siete jóvenes procedentes de Australia, Palestina, Burkina Faso, India, Venezuela y Nicaragua.
Algo más grande
El Papa Francisco invitó este sábado a la juventud católica a experimentar “algo más grande” que la vida en las redes sociales durante una multitudinaria vigilia en Ciudad de Panamá, que congregó a ‘millennials’ de unos 150 países.
Francisco, quien suma más de 44 millones de seguidores en Twitter en cuentas en nueve idiomas y 5,8 millones en un único perfil de Instagram, llamó la atención sobre la “cultura del abandono” que se refuerza entre los jóvenes por la falta “de espacios reales desde donde sentirse convocados”.
“No basta estar todo el día conectado para sentirse reconocido o amado. Sentirse considerado e invitado a algo es más grande que estar en la red”, declaró el Pontífice argentino, de 82 años.
En la apertura de la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud, que se lleva a cabo en el Metro Park, a las afueras de la Ciudad de Panamá, Francisco le habló a los jóvenes en el lenguaje de las nuevas tecnologías, pero invitándolos a vivir más allá de las comunidades virtuales.
“Esa vida no es una salvación colgada ‘en la nube’ esperando ser descargada, ni una ‘aplicación’ nueva a descubrir (...) Tampoco un ‘tutorial’ con el que aprender la última novedad”, dijo el jefe del Vaticano.
Francisco aprovechó su encuentro con las nuevas generaciones de católicos para denunciar los problemas que les acechan: “Sin trabajo, sin educación, sin comunidad, sin familia (...). Estos cuatro ‘sin’ matan”.
“Ser un ‘influencer’ en el siglo XXI es ser custodios de las raíces, custodios de todo aquello que impide que nuestra vida se vuelva gaseosa, se evapore en la nada. Sean custodios de todo aquello que nos permita sentirnos parte los unos de los otros”, sostuvo.
Por último, les pidió “abrazar la vida” en medio de cerrados aplausos y un despliegue de luces propio de un gran espectáculo.
Voz esencial en la lucha contra el VIH
Francisco es una voz esencial en la lucha contra el VIH y, pese a las reticencias de la Iglesia a promover el uso del preservativo, su papel en la erradicación de la estigmatización de los enfermos es “fundamental”, dijo este sábado a Efe el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé.
“Francisco es un papa muy progresista. Para mí es una de las mejores voces que podemos tener para decirle a la gente que no se puede dejar a nadie de lado. Ha pasado toda su vida tratando de dar la mano a los excluidos”, afirmó el maliense.
Sidibé explicó que la Iglesia Católica actúa de “puente” entre el organismo internacional y las personas con VIH y que su labor se centra principalmente en acabar con la discriminación, acercarse a los más pobres y promover el acceso universal al tratamiento.
Cuba: consagran templo católico
Un templo católico que fue construido con fondos donados por feligreses estadounidenses quedó inaugurado el sábado en una localidad cubana de la occidental provincia de Pinar del Río.
La Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Sandino es una de las únicas tres iglesias que el gobierno de Cuba autorizó a edificar a los católicos y la primera en estar completamente lista gracias a los miembros de la Iglesia de San Lorenzo en Tampa, Estados Unidos.