Internacional

¿Será destituido Donald Trump?

Pedro Díaz Arcia

Lo más probable es que la Cámara de Representantes apruebe el impeachment contra al mandatario estadounidense y lo lleve como reo político ante el Senado; como también es muy probable que la llamada Cámara Alta lo absuelva.

El presidente puede ser sustituido o destituido. La sustitución puede darse por muerte, renuncia o incapacidad; la destitución se dará solo mediante la condena por un juicio político. En ambos casos será relevado por el vicepresidente.

¿Se convertirá Trump en el primer presidente estadounidense en salir del Despacho Oval por la “puerta trasera”?

La Sección 4 del Artículo II de la Constitución de Estados Unidos contempla que el presidente o cualquier funcionario civil puede ser destituido si es condenado por “traición, soborno u otros delitos graves y menores”. El texto es vago en cuanto a “otros delitos”, pues puede prestarse para interpretaciones encontradas; por lo que es recomendable que los demandantes adicionen acciones violatorias del juramento presidencial y de la confianza ciudadana, para incorporarlas como causales al expediente.

Por lo pronto, la presidenta de la Cámara de Representantes, la líder demócrata, Nancy Pelosi, instó a los seis comités del órgano legislativo a intensificar las investigaciones correspondientes a sus respectivas funciones.

Por su parte, el gobierno se niega a que sus funcionarios cooperen con las indagatorias; pero la Cámara Baja tiene resguardo constitucional para citarlos y que sean interrogados por las partes en pugna.

El catalizador para incoar el juicio fue el contencioso ucraniano por la presunta presión del magnate sobre su par Vlodomiro Zelenski, para que investigara al expresidente Joe Biden y su hijo Hunter, por supuestos actos ilícitos, lo que significaría abuso de poder al facilitar injerencia extranjera para lograr información privilegiada; en particular, cuando Biden puede candidatear en 2020.

Para el proceso de destitución se requiere que, primero, la Cámara de Representantes, único órgano del Poder Legislativo autorizado para ello, apruebe una resolución que dé inicio a una investigación formal de impeachment; segundo, que los Comités de la Cámara presenten al Comité Judicial los resultados de sus pesquisas recogidos en un proyecto de uno o varios artículos para el juicio político; tercero, que los representantes debatan y voten sobre los artículos para el impeachment. Si la mayoría simple de la Cámara de Representantes aprueba alguno de los artículos: Donald Trump será acusado.

Entonces el proceso pasará al Senado, el único órgano legislativo facultado para celebrar el impeachment, y condenar o absolver al mandatario. Para destituirlo se requerirá el voto de las dos terceras partes de sus integrantes (67 de 100). Algo que será muy difícil en las condiciones actuales, pues implicaría que una veintena de senadores republicanos apoyaran el castigo a su líder.

El juicio será presidido por el presidente de la Corte Suprema, máximo exponente del Poder Judicial. Participarán como fiscales los diputados elegidos por la Cámara de Representantes, y Trump contará con sus abogados defensores.

El pleito será largo, difícil, y matizado por pugnas impensables; mientras los “trapos sucios” saldrán al aire en los salones del Capitolio y la Casa Blanca (que no es Mar-a Lago); con audiencias públicas, incluso quizá televisadas. Pelosi aspira a que se den a conocer los testimonios privados y “concientizar a la ciudadanía”.

La gran paradoja sería que Trump fuera exonerado, fortaleciendo sus aspiraciones a la reelección, y los demócratas sufrieran una derrota política en los umbrales de la contienda presidencial.