Internacional

Mujeres indígenas denuncian 'políticas genocidas”

BRASILIA, Brasil, 13 de agosto (AFP/EFE).- Unas 3.000 indígenas llegadas de todo Brasil denunciaron este martes en Brasilia “las políticas genocidas” del gobierno de Jair Bolsonaro, que se opone a nuevas demarcaciones de tierras y pretende abrir reservas a actividades como la minería.

Acampadas desde el fin de semana en la capital, las participantes avanzaron por la mañana ataviadas de plumas y portando arcos, flechas, lanzas e instrumentos musicales como maracas por la Explanada de los Ministerios, que lleva hasta el Congreso y el palacio presidencial de Planalto.

La procesión de esta primera marcha de mujeres indígenas estaba encabezada por una gran pancarta: “Resistir para existir”.

Un camión de sonido abría la marcha, desde el cual se denunciaba las medidas anunciadas o que Bolsonaro ha aplicado desde su llegada al poder en enero. “Le han declarado la guerra a los pueblos indígenas. No aceptaremos las políticas genocidas del gobierno, vamos a impedir que haya más sangre derramada de nuestros pueblos”, decía una proclama leída por megáfono.

“Bolsonaro quiere acabar con nuestras tierras, nuestras etnias. Queremos nuestra demarcación. En nuestra reserva hay muchas invasiones de cazadores y buscadores de oro”, dijo a la AFP Potira Guajajara, una estudiante de 22 años, de la aldea Lagoa Quieta, en el estado de Maranhao (nordeste).

Según cifras oficiales, unos 800.000 indígenas de 305 etnias viven en Brasil, un país con cerca de 210 millones de habitantes.

Movilización estudiantil

Los brasileños volvieron este martes a las calles de Brasil para protestar contra los recortes en educación promovidos por Bolsonaro, aunque entre las reivindicaciones también se colaron las críticas a la reforma del sistema de pensiones y jubilaciones.

Las marchas se repitieron en al menos en 38 ciudades de una veintena de estados de Brasil, pero tuvieron menos fuerza que la convocadas el pasado mayo en todo el país tras el bloqueo de fondos a las universidades federales.

Las mayores concentraciones tuvieron lugar en Río de Janeiro y en Sao Paulo, aunque en Brasilia, capital del país, grupos de estudiantes y profesores universitarios contaron con el apoyo de grupos de mujeres campesinas e indígenas.