Internacional

Cualquiera menos Bernie Sanders

Manuel E. Yepe

Este martes se decidiría quién será el candidato del Partido Demócrata de Estados Unidos frente a Donald Trump en noviembre.

“Tras mucha deliberación y robusto debate”, The Nation, la influyente publicación semanal de izquierda (según los patrones estadounidenses) decidió apoyar a Bernie Sanders como candidato a Presidente de Estados Unidos por el Partido Demócrata.

“Gracias al movimiento que ha levantado, Sanders ofrece una alternativa que es más que creíble. Sanders 2020 es posible, y con él la promesa de un futuro diferente. Sanders ha demostrado repetidamente un auténtico coraje moral, ejemplificado por su firme apoyo a los derechos de los palestinos y su inmediata denuncia de la prisa por la guerra con Irán. Esto lo convierte en la antítesis viviente de Donald Trump y en el más formidable retador del presidente. Lo que quizás sea más emocionante de la campaña de Sanders es su compromiso de ampliar el electorado, lo que podría producir una victoria arrolladora para su campaña y los demócratas del Congreso este otoño.

“En estos comicios, la pregunta fundamental es también la más antigua: ¿De qué lado estás?

“La Nación está del lado de la esperanza, no del miedo. Está del lado del cambio radical, no de la reducción y la retirada. Estamos orgullosos y emocionados de estar con los movimientos que nos han traído hasta este momento, y que han hecho posible esta asombrosa, aterradora, estimulante y poderosa campaña. Y estamos orgullosos de apoyar a Bernie Sanders, un socialista democrático con un programa lo suficiente realista y radical como para superar la prueba de nuestro tiempo, para ser electo Presidente” editorializa hoy “The Nation”.

Este semanario es publicado en Nueva York? en asociación con The Nation Institute fundado el 6 de julio de 1865 y se le tiene como vocero del ala más progresista del Partido Demócrata.

En los últimos años, el dominio de los demócratas corporativos ha sido efectivamente desafiado por una facción progresista impulsada por la juventud que busca aliviar la devastación humana dejada por la disminución de los servicios sociales, la austeridad forzada y un profundo colapso económico. Este movimiento se ha unido a la candidatura de Bernie Sanders, un autodenominado “socialista democrático”.

Las últimas semanas han sido testigos de un crecimiento decidido del síndrome de “Cualquiera menos Bernie (ABB, All but Bernie)”, que indica la decisión de sus principales líderes del PD de promocionar cualquier candidato que permanezca en las primarias demócratas cuyo nombre de pila no sea “Bernie”.

Tal vez los ejemplos más obvios fueron las atrocidades de las recientes asambleas electorales de Iowa. Aparte de la campaña publicitaria anti-Bernie de 800,000 dólares de un operativo del AIPAC (American Israel Public Affairs Committee) que se describe a sí mismo como un “lobby pro-israelí en Estados Unidos”. Agrupa a los fanáticos pro-israelíes en grosero intento por socavar la victoria de Sanders. Con Biden vacilando, aunque todavía entre los que se mantienen en la lucha por la nominación demócrata, el Comité Nacional Demócrata (DNC) manipuló los resultados para dejar a Biden e instalar un oponente más joven y menos radical que Sanders.

Por supuesto que todavía tienen al multimillonario Michael Bloomberg, quien ha escalado al tercer lugar en las encuestas gastando más en nueve semanas que todos los demás candidatos demócratas juntos y aún más que todo lo que hizo por Donald Trump en 2016 el Comité Nacional Republicano.

Esta es sólo una de las muchas manipulaciones que las elites del Partido Demócrata han realizado contra Sanders para reducir posibilidades al más prometedor candidato demócrata. Incluso una derrota ante Trump vale la pena con tal de mantenerlo fuera de la Casa Blanca con su modesto programa social-demócrata.

En la historia de la posguerra en Estados Unidos, cada paso, cada movimiento hacia un mínimo de justicia social, ha sido recibido con la acusación de ser ¡comunista! Exquisitos anticomunistas han sentido el aguijón de esta política cuando se salieron de la línea del consenso capitalista.

Quizás la herramienta más insidiosa que los demócratas corporativos, sus contrapartes republicanas, sus comprometidos colaboradores, el monopolio de los medios de comunicación y otras instituciones osificadas manejan, es la probada y verdadera práctica de la acusación de ser comunistas al rojo vivo.

Pero el movimiento detrás de esta campaña es otro asunto. Mientras que puede disiparse por la frustración de la probable traición de un Partido Demócrata completamente corporativo, puede, por otro lado, emerger como una dirección partidista independiente e incluso más radical.

(http://manuelyepe.wordpress.com)

(*) Este artículo se puede reproducir citando al periódico POR ESTO! como fuente