Opinión

Es preciso NO dar armas al enemigo

Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes…

La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación del año 2019 se ha visto ensombrecida por las presiones de grupos de choque del PRI y del PRD, con la exigencia de que incrementen recursos a los campesinos. Por otro lado, los despidos masivos en algunas dependencias del Ejecutivo, como el Sistema de Administración Tributaria (SAT), han impactado a la opinión pública porque no se esperaba una actitud así de parte del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Es preciso señalar que ambos asuntos tienen como común denominador la falta de sensibilidad política de legisladores del partido Morena, en el caso del presupuesto, y de diversas autoridades del gobierno federal, en particular de la Secretaría de Hacienda; también del capitalino por las afectaciones laborales a trabajadores del gobierno de la ciudad de México. De hecho, la decisión tomada de hacer despidos sin aviso previo, no sólo fue sorpresiva sino inoportuna, por la temporada navideña.

Proceder de esta forma es dar armas al enemigo, que está a la expectativa de cualquier mínimo error que cometa el régimen del cambio estructural para echársele encima. Y sin duda, es un yerro de profundas implicaciones dejar sin trabajo a burócratas de nivel medio y bajo que viven de su salario. Si de ahorros se trata, es preciso hacerlos donde no se tengan consecuencias sociales que devienen en daño político, como es el caso.

Aquí conviene reflexionar sobre la importancia de afianzar las bases sociales que necesita el nuevo régimen para seguir adelante, cuestión de mayor trascendencia que las decisiones que se toman con criterio tecnocrático, por muy justificadas que estén. Es claro, desde este momento, el imperativo de que las bancadas de Morena en ambas cámaras del Congreso, pongan más atención a las demandas sociales para hacer valer el cambio ofrecido por el Ejecutivo, en vez de a los criterios de la autoridad hacendaria.

Las protestas organizadas por el PRI-PRD en San Lázaro, con las huestes del movimiento antorchista (entiéndase fascista), son un vivo testimonio de que los buitres de la derecha están al acecho. No conviene darles oportunidad para lanzarse en picada y hacer daño donde ven que puede haber sangre. El pretexto es lo de menos para ellos, pues todo el tiempo, de aquí en adelante, estarán prestos a tirar picotazos. Así lo demostró el dirigente de la CNC, Ismael Hernández Deras, ahora investido de “firme” defensor de los intereses de los campesinos.

No les importa que todos en el país sepamos que las organizaciones “campesinas” priístas son las causantes de que el campesinado esté en agonía con sus tierras, porque ésa fue la consigna de la tecnocracia salinista desde hace treinta y cinco años: acabar con las organizaciones agrarias en beneficio de inversionistas privados. No les importa porque, a final de cuentas, lo que quieren es obstaculizar el trabajo del gobierno de López Obrador en favor de los verdaderos campesinos.

Sus protestas en la Cámara Baja, encabezadas por Hernández Deras, quien se quiere lucir como adalid de la derecha en el campo, no son por un mayor presupuesto para el sector, sino por no perder los privilegios que siempre tuvieron con el viejo régimen. Quieren seguir contando, los dirigentes reaccionarios, con recursos para seguir mangoneando a los campesinos, humillarlos y utilizarlos como lo hace Antorcha Campesina.

(guillermo.favela@hotmail.com)

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