Opinión

Rechazan en Tierra Colorada que trasnacionales exploten yacimientos

Hugo Carbajal Aguilar

 

Llevan más de dos años en esta lucha los habitantes de estos sitios ricos en recursos y pobres, muy pobres en cuanto a la resolución de sus necesidades. ¿Parece una contradicción? Tierra Colorada, un pueblo tlapaneco de alrededor de 5 mil habitantes, se convirtió en el primero de 30 de los núcleos agrarios situados bajo la zona de influencia de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (o policía comunitaria), que rechaza formalmente la explotación por parte de compañías trasnacionales de los yacimientos de oro, plata y zinc recientemente descubiertos en un perímetro de 500 kilómetros de la región Costa Chica y Montaña Alta de Guerrero.

Los tlapanecos, o me´phaá, son de los pocos pueblos que toman sus acuerdos en asamblea, donde los indígenas fijaron su postura, todos en defensa de sus tierras: “No nos vamos a dejar engañar, aunque nos digan que hay dinero de por medio”, dijo un anciano.

Señalando los cerros El Burro, La Luna y La Ardilla – que según el proyecto serán explotados a cielo abierto– una indígena adulta señaló: “Esos cerros nos dan agua, no queremos que se desbaraten porque se van a destruir las huertas; si hay esa riqueza que dejó Dios, es para la gente que quiere vivir sobre la tierra. De ahí toman agua nuestros animales, y también los silvestres; se van a acabar las plantas y los paisajes, ya no vamos a poder sembrar plátanos, maíz ni el café, ¿de qué vamos a vivir?

“Las mineras son un peligro para la misma vida, para el equilibrio ecológico, ya no habrá paisajes y desaparecerán nuestros lugares sagrados. Acá en la

Montaña mucho se venera a San Marcos, o como antes se conocía: Tláloc, o Chaac, y los pueblos indígenas van a los cerros a pedir lluvia para que haya buenas cosechas; por eso estamos en favor de conservar el entorno ecológico, social y cultural, por eso decimos no a las mineras”, afirmaron los guerrerenses.

Se prevé para este mismo año que inicie la explotación de los yacimientos en tres puntos: uno, por la empresa inglesa Hochschild Mining y su filial Minera Zalamera, en los municipios de Malinaltepec, Tlacoapa, San Luis Acatlán y Zapotitlán Tablas. Los otros dos proyectos son San Javier y La Diana, y estarán a cargo de la canadiense Camsim Minas SA, y abarca comunidades de los municipios de Malinaltepec e Iliatenco.

Los argumentos son contundentes, no hay necesidad de añadir nada, simplemente sumarse a esta lucha que, para variar, es en defensa de la vida.