Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
I
I.- Algunos priístas se han puesto de acuerdo para “elegir” al sucesor de doña Claudia Ruiz-Massieu Salinas. Salinas por su tío: Carlos Salinas de Gortari quien tras bambalinas sigue metiendo su dinosáurica cola en lo que queda del PRI, fundado por Miguel Alemán en 1946 como hijo del PRM cardenista y del PNR callista, para ver si saca raja del Tyrannosaurus Rex en que se convirtió. Los priístas pelean ese esqueleto desarmado para intentar ensamblar sus partes y montados en él al interior de un museo, hacer como si cabalgaran como partido de oposición contra Morena, en alianza pasajera con un PAN fundado en 1939. No se vislumbra que para las elecciones intermedias salgan victoriosos, con todo y que Morena-López Obrador muestran fisuras. Salvo que el lopezobradorismo siga en crisis y “enseñemos a los hombres a enjuiciar con una perspectiva histórica las transformaciones sociales y que les abramos los ojos a las astucias de la historia en las que siempre hay, como dijo Lenin, un elemento de sorpresa” (J. H. Plumb: La muerte del pasado).
II.- Así que bien harían esos priístas en reconocer como su antepasado al dinosaurio de 13 metros de largo con más de 8 mil kilos de peso encontrado en Alberta, Canadá, al que llamaron: “Scotty” (así apodado por un whisky). Y que un paleontólogo dictamine el largo de la cola de corrupción que arrastran. Es cierto que ese partido empezó a agonizar con el homicidio de Colosio en 1994. Zedillo lo metió a la caja cuando se las dio de “demócrata” y permitió la victoria panista de Fox-Calderón. Dándole la puntilla la complicidad: Peña-López Obrador. No tienen mucho que hacer a menos que Morena siga a la baja y permita un “elemento de sorpresa” que lo reviva para la batalla. De lo contrario habrá un funeral electoral para enterrarlo, pues no tiene futuro en medio de su presente ridículo, donde cuatro aspirantes se disputan su dirección: Ulises Ruiz. El desgobernador de Campeche. Otro desconocido. Y el “grillo” José Narro (del grupo-mafia del representante del gobierno de AMLO en la ONU, el también doctor De la Fuente).
III.- Ninguno de ellos, ni siquiera un auténtico político podría resucitar a ese destruido partido al que el peñismo le clavó la estaca que afilaron Echeverría, López Portillo, De La Madrid Salinas y Zedillo. Todos a una suicidaron al priísmo que ahora perdura como columna vertebral de Morena-López Obrador; perdurando la ideología del priísmo que éste maneja, aprendida como alumno del gobernador de Tabasco: Enrique González Pedrero (1983-1987), quien lo hizo presidente estatal del PRI y lo puso bajo la sombra de su obra: País de un solo hombre: el México de Santa Anna, que AMLO está desempeñando a pie juntillas. Así que el PRI como tal es ya historieta a la Santa Anna pues cada presidente, de Miguel Alemán a Enrique Peña, hizo del país su propiedad para corromperlo todo y para robar a manos llenas. Pero se acaba el espacio para seguir conjeturando acerca de qué harán los priístas con los restos de este esqueleto, por lo que abundaremos un poco más en la entrega de mañana.
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